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Jungkook

Era demasiado tarde ya, sentía que si el maestro hablaba un minuto más iba a caer dormido en el escritorio, sentía que me estaba muriendo de sueño y pensaba que no iba a caer tan fácil hasta que el fuerte golpe de mi frente contra la mesa me hizo despertar. Lastimosamente fue tan fuerte para llamar la atención de todos que estallaron a risas pero la cara de profesor era una obra de arte.

—Joven Jeon —Cada gota de odio se sentía en su boca— Si tanto sueño tiene puede salir a dormir afuera.

—¡L-Lo siento!

Tomé rápidamente mis cosas, sabía que era mejor no sacarle excusas porque era peor que no hacerle caso. Genial otra clase más perdida, suspiré saliendo y fue inevitable ver a Taehyung, su expresión era seria y algo intimidante. Una vez fuera que me cerraron la puerta a la espalda solté un suspiro. Si sigo así mi madre se va a enterar y no va a ser nada lindo.

Aunque conocía a mi mamá, era un amor de persona también era el diablo encarnado cuando se enojaba. Mis pasos fueron a las escaleras que llevaban a la biblioteca, creía que podría esperar un rato antes de siquiera ver a Taehyung. Taehyung... Era difícil pensar en él, lo conozco desde que estamos en primaria pero para él siempre fui invisible, ¿Cómo no? Taehyung llamaba la atención de todos, todos lo querian, era el estudiante perfecto y posiblemente el hijo perfecto. Nunca se ha metido en problemas, pero tampoco es una presa fácil, los branucones de esta escuela nunca me han tocado ni un solo pelo, pero aún recordaba la primera vez que le hablé.

Fue como si hubiera sido ayer, estaba en tercero de primaria y nadie quería hacerse grupo conmigo porque decían que le pagaría los piojos, algo muy gracioso ahora pero en ese tiempo era horrible, mi madre no tenía dinero y no había tenido ropa nueva en dos años por lo que estaba mal gastada. Pero Taehyung acepto hacerse grupo conmigo, solo fue una estupidez, un taller de unas cuantas sumas o algo así pero para mí fue la única vez que alguien no me había mirado horrible en esa escuela. Siempre creí que él era algo especial.

Apenas me había dado cuenta cuando tenían la puerta de la biblioteca en frente, entre buscando distraerme con algo, sabía que está preparatoria tenía una de las mejores biblioteca de la ciudad, era demasiado grande. Subí al segundo piso yendo a la zona de arte, me gustaba ir ahí y revisar uno que otro libro. Amaba la pintura pero era como un segundo hobbie, antes de el obviamente estaba la fotografía. Que fue la razón por la que quise experimentar más y pues, se me fue de las manos.

—¿No deberías estar en clase?

Mis pies se movieron en automático al escuchar una voz, era la bibliotecaria. Una señora mayor de unos sesenta años que mostraba esa aura dulce y tranquila, llevaba su carrito de libros acomodandolo.

—Me dormí en clase y me sacaron... —Murmuré algo bajo. Solo sentí un golpe de un libro en mi cabeza haciéndome llevar las manos hacia ella.— ¡Oiga!

—Shhh —Puso un dedo sus labios en modo de silencio— Jungkook no puedes seguir haciendo eso, ¿Lo sabes verdad? ¿Qué diría tu mamá si se entera?

—Ya lo se...

—Mejor ven, ayúdame a organizar los libros.

Asentí sin protestar caminando junto a ella, ayudándola a colocar los libros en las estanterías más altas. La señora Song siempre fue como mi primera amiga en esa escuela, pasaba la mayor parte del tiempo aquí encerrado entonces tenía tiempo de hablar con ella. Era una mujer que vivía sola, lo sabía, su apartamento quedaba al frente de nosotros y era amiga de mi madre. La primera vez fue porque nos mudamos y decidimos regalarle un pastel, cuando la encontré en la escuela fue inevitable hablar con ella.

—Estas muy pensativo, ¿Te sucedió algo?

La mire unos segundos antes de siquiera hablar.

—No... Solo ando pensando mucho últimamente, tengo miedo de reprobar el año. Siento que la escuela no es lo mio.

—¿Cómo no?¿No hay nada que te guste?

Lo medite. — Si, me encantan las clases de arte, la fotografía, las de canto aunque nunca participe... Y me gusta algo el baile pero soy muy penoso para siquiera entrar.

Ella pareció mirarme unos minutos antes de girarse a poner unos libros en uno de esos tantos pasillos.

—Eres una persona artística, no me sorprende que te vaya mal. —Me miró con una sonrisa bastante dulce— Tu don está en tus manos, tu mente y tu cuerpo. Es complicado que entiendas las cosas que te enseñan en una jaula cuando tú solo quieres volar.

—¿De dónde salió tan filosófica?

Otro golpe de un libro.

—¡Auch!

— Shhh —Me pasó otro libro para colocarlo— A lo que voy es, no dejes de ser tu pero intenta no perder el año, será complicado después.

— Lo se...

Escuché el timbre a la lejanía, se habían acabado las clases pero debía esperar en ese lugar a Taehyung, era la única vez que estaría tan cerca de él. La bibliotecaria simplemente me dió unas palmadas en hombro para seguir con su trabajo. Suspiré un poco nervioso buscando una mesa donde esperarlo, era la primera vez en tantos años que podría hablar directamente con él. Estaba un poco emocionado por pasar tiempo con él.

(…)

—¿No ha llegado tu amiguito?

Miré a la señora Song, había pasado más de una cuarenta minutos y aún no llegaba, moví mi cabeza haciendo un “no” con ella, ella solo suspiro para volver a su lugar en la biblioteca. Ella sabía que no tenía muchos amigos, sabía que tenía a Yoongi y Namjoon, pero Nam pasaba siempre practicando o con el grupo de baloncesto. Mientras que Yoongi solo existía por ahí, se juntaba con los chicos de atrás de la escuela o estaba ayudando a los menores en clases de música. A veces sentía que mi propia existencia era inútil.

Suspiré mirando de nuevo mi teléfono, casi una hora había pasado, en eso solo sentí la vibración y como llegaba un mensaje de un número desconocido.

Desconocido:

«Hey, hola Jungkook. Soy Taehyung, tuve unas actividades y se me olvidó por completo avisarte. Nos veremos mejor mañana, Adios.»

Lo entendí, de todas formas no quería sobrepensar demasiado la verdadera razón por la que se haya olvidado de mi. Me levanté de la mesa, no me sorprendía que me haya olvidado, no es como que alguien me recordara.

—Adios, señora Song, la veo después. —Dije pasando al lado de su puesto a la vez que me movía mi mano.

—Adios, cariño...

Su tono era un poco melancólico igual que su mirada, me dolía que sintiera pena por mi. Salí de la biblioteca caminando por los pasillos casi vacios de la escuela, suspiré con pesadez limitandome a seguir el camino fuera de las instalaciones. Tal vez solo quería llegar a casa, ahí sentía que era importante para muchas personas. De todas formas, se que sería importante para muchos más si me conocieran.

(…)


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JKNIGHT - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora