Capítulo 1 - El lenguaje de las flores.

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Otro día, otro despertar en el que Yoongi se encontraba atrapado en una espiral de pensamientos oscuros. Desde que abrió los ojos, el peso de su existencia le oprimía el pecho, haciéndole cuestionar el propósito de su vida. ¿De qué servía seguir adelante cuando su mayor amor, su madre, había desaparecido, llevándose consigo toda su alegría y razón de ser?

Miró el techo con ojos vidriosos, permitiendo que su mente se sumergiera en un vacío absoluto mientras fijaba la vista en un punto indeterminado. El sonido de la alarma interrumpió su trance, una melodía que siempre le provocaba sentimientos encontrados: "I'm Happy" de Yoon Hang-ki. Esa melodía, aunque agradable, le resultaba melancólica, como un eco lejano de tiempos mejores. Se incorporó de la cama con un esfuerzo considerable y apagó la alarma etiquetada como "Mamá".

Se apresuró al baño para darse una ducha rápida, consciente de que debía visitar la florería antes de dirigirse a su trabajo. Mientras el agua corría sobre su cuerpo, tarareaba la canción que aún resonaba en su mente, un intento desesperado por infundirse algo de ánimo: — Soy feliz, soy feliz — Al terminar, se secó y vistió a toda prisa, el reloj seguía avanzando implacablemente. — ¡Oh, Dios! — murmuró al ver la hora. A pesar de las prisas, se esmeró en ponerse su traje negro, elegante y algo costoso, que siempre le confería un aire de seriedad y profesionalismo. Como era habitual, Yoongi omitió el desayuno, tomó su maletín del trabajo y salió de casa asegurándose de cerrar bien la puerta.

Encendió el coche y se dirigió a su primer destino del día: la florería. Esta era una parada diaria que realizaba para honrar la memoria de su amada madre fallecida. — Por favor, un poco de paciencia madre, ya casi llego — dijo al aire, con la esperanza de que sus palabras llegaran a algún lugar más allá del mundo tangible. — Te compraré el ramo más hermoso para compensar el retraso. Sé que estarías molesta conmigo por no alimentarme bien... Lo siento. Prometo que trataré de hacerlo mejor. Solo que ayer tuve demasiado trabajo. Perdóname por fallarte, mamá.

Un nudo se formó en su garganta mientras su mirada se nublaba con lágrimas no derramadas. Era un constante esfuerzo mantener la fortaleza, aunque a menudo se sentía abrumado por la culpa y el dolor.

Finalmente, llegó a la florería. Bajó del auto, mostrando su habitual seriedad y reserva. Observó la variedad de flores con atención, buscando las más bonitas para llevar a la tumba de su madre. ¿Tulipanes? ¿Amapolas? ¿Rosas? ¿Girasoles? se preguntaba, intentando decidir cuáles serían las más adecuadas para ese día.

Entonces, notó a un joven trabajador en la tienda. No era muy alto, pero tenía una presencia delicada y sutil, casi etérea, como un pétalo de flor. Decidió que quizá él podría ayudarle a escoger la flor perfecta.

Se acercó tímidamente y le preguntó: — Disculpe, ¿me podría dar alguna recomendación? La verdad, no sé mucho de flores, pero agradecería si podría sugerirme alguna. Se me acabaron las ideas. Por favor, que sea algo muy, muy especial — Aunque le costaba admitir que necesitaba ayuda, la situación lo había llevado a buscar apoyo, algo que siempre había tratado de evitar.

 Por favor, que sea algo muy, muy especial — Aunque le costaba admitir que necesitaba ayuda, la situación lo había llevado a buscar apoyo, algo que siempre había tratado de evitar

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Flowers on your grave  - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora