Capítulo 2 - Pétalos de Almas pérdidas.

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La noche fue corta para Min Yoongi. Al llegar a su casa, parecía estar flotando en una nube de emociones encontradas. Su corazón latía con fuerza, como si estuviera a punto de salirse de su pecho.

— ¡Llegué! ¡Min Yoongi ha llegado! — anunció en voz alta al entrar, pareciendo un completo loco.

Mientras se dirigía a su habitación, pasó por una habitación abandonada, un rincón oscuro lleno de cosas olvidadas que solo se llenarían de polvo al no ver la luz del sol. Entre la oscuridad, diviso su guitarra, una reliquia que había estado guardada durante años. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella y la tomó en sus manos, sintiendo el polvo acumulado en sus cuerdas.

Jugueteó con las cuerdas, tratando de recordar cómo se tocaba, pero se dio cuenta de que había olvidado casi todo. Un bostezo interrumpió sus intentos, recordándole que ya era hora de dormir. Así que, después de lavarse los dientes, finalmente se retiró a su habitación, dejando la guitarra en su rincón oscuro una vez más.

A la mañana siguiente, el día amaneció nublado, con un cielo gris que reflejaba el estado de ánimo de Min Yoongi. Despertó antes de que la alarma sonara, sintiendo la ansiedad revoloteando en su interior.

— Soy feliz, soy feliz — canturreó, mientras "I'm Happy" de Yoon Hang-ki, su canción de alarma, resonaba en la habitación.

— ¿Qué pasa conmigo? ¿Hay alguien más dentro de mi cabeza? — se preguntó, repitiendo la canción con una felicidad inusual, como si sus tormentos hubieran desaparecido.

Con las letras de la canción flotando en su mente, se dirigió al baño para tomar una ducha tranquila y agradable. Aunque hoy no trabajaba, sabía que debía ir a comprar flores para ver a Jimin. La sola idea de verlo de nuevo le llenaba de emoción, pero de repente, un pensamiento lo golpeó.

— No, no es para ver a Jimin. Es para ir a ver a mamá —  se corrigió en voz alta, sintiendo el peso de la realidad aplastándolo.

Ese pensamiento lo dejó un poco apagado. Salió de la ducha, se vistió y mientras la canción seguía resonando en su mente, se enfrentó al dilema del desayuno. Con una risa amarga, se dio cuenta de que no tenía mucho para elegir en su cocina.

Preparó un café helado y lo bebió con rapidez, dejando que la cafeína le diera el impulso necesario para enfrentar el día. A pesar de sus esfuerzos por mantenerse en pie, una parte de él seguía luchando con el dolor de sus recuerdos y la tristeza que parecía perseguirlo a donde quiera que fuera.

Al terminar, Yoongi lavó su vaso con cuidado, observando cómo el agua fría se llevaba los restos del café. Lo secó con un paño limpio y lo guardó en su lugar habitual. Luego, tomó las llaves de su auto y su cartera, y antes de salir, lanzó un alegre grito al aire.

— ¡Adiós! — exclamó, sintiendo cómo el café empezaba a afectarle, llenándolo de energía, aunque sabía perfectamente que no era saludable depender solo de eso.

Se aseguró de cerrar bien la puerta de su hogar y se dirigió hacia su coche. Al subirse, con un gesto inusual en él, se puso el cinturón de seguridad.

— ¿Min Yoongi, usando el cinturón de seguridad? — se dijo a sí mismo, sorprendido en voz alta — Oh, hoy es un día distinto.

Encendió el motor y, con precaución, se encaminó hacia la florería que tanto le gustaba. No solo era por las flores, sino por el trabajador que atendía allí. Solo pensar en eso lo hizo sonrojarse intensamente.

Flowers on your grave  - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora