Desde que aquel señor lo había comprado para jugar con aquel príncipe, se la pasaba las tardes enteras jugando a cualquier cosa que se le ocurriera, siempre trataba de ser el que proponía jugar algo ya que aquel príncipe solo conocía el mundo a través de todos los libros que leia, los cuales le parecían muy aburridos, recordaba aquella vez en la que intento leer uno a petición del príncipe, solo para complacerlo el diablillo acepto con algo de pereza ya que el contrario nunca paraba de hablar de lo asombrosos que eran todos los libros que leía, pero ese libro era especial para el príncipe, trato de leerlo pero no duró ni un capitulo cuando cayó dormido de lo aburrido que lo consideraba, el no era de leer estaba claro, prefería mil veces que el otro leyera para el y que este solo se limitará a escuchar, siempre que el otro leia el podia concentrarse en la lectura, si no le era imposible, por muy raro que sonará era verdad.
Esa tarde el diablillo se encontraba en la cima de aquel gran árbol, con la brisa en la cara y sujetado a unas pocas ramas para evitar caer desde tan alta altura.
-Intenta encontrarme aquí príncipe -. Dijo en voz baja tratando de ver para abajo.
El escondite era perfecto, nunca lo encontraría allí, se la pasaría la vida entera si era necesario escondido allí si era necesario solo para ganar al menos una vez, el príncipe decía no conocer aquel juego pero se le deba muy bien, en cada ronda había ganado a aquel imp que decía ser el mejor jugador de las escondidas, le pareció aburrido el tener que explicarle las reglas como ya le era de costumbre ¡Y no le creía que nunca había jugado a las escondidas cuando todo el rato que llevaban jugando el único ganador había sido el! Que desperdicio de tiempo había sido explicar todo.
[Narra Stolas]
Esta vez gracias a petición de Blitzo me toco buscar a mi por que según el debía "saber que se sentía el no poder encontrar a alguien" no le tome importancia porqué me daba igual el buscar o no, mientras estuviera con el estaba satisfecho, busque en todo el castillo, cada lugar; cada cortina, rincón o espacio que conocía. Después de todo, conocía el castillo como la palma de mi mano del derecho y al revés, al no encontrarlo salí al jardín a buscarlo y a tomar aire fresco ya que me parecía agotador el tener que caminar mucho, ¡mi vida era muy sedentaria! Que podía hacer al respecto si ni siquiera tenía con quien jugar
[Narrador omniconciente]
Stolas salió al jardín para empezar a buscar en cada lugar que se le ocurriera para esconderse tratando de encontrar a Blitz hasta que escucho un ruido proveniente de un lugar cercano, agudizó su oído tratando de captar cualquier sonido, si su oído era lo suficientemente bueno diría que fue un sonido proveniente desde muy arriba como si algo se moviera en algún lugar muy alto, sabía muy bien en donde buscar ahora, se quedo mirando desde el suelo cualquier señal de movimiento hasta que escucho un crujido
[Narra blitzø]
Me quede en la cima de aquel gran árbol por más tiempo de lo que pensaba, era mejor que encontrara una manera de distraerse. Me apoye de una rama para poder llegar al otro extremo y saltar al balcón de Stolas, quizás allí encontraría algo para distraerme lo suficiente, camine despacio por las ramas que creía que eran las más firmes, estaba apunto de llegar cuando escuché una rama crujir, mire abajo y...oh no.