Parte sin título 7

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Después de haber confrontado a Oliver con una determinación férrea, t/n se había ganado una reputación de no tolerar el acoso en los pasillos de la FPE. Su valentía era admirada, pero su curiosidad podía meterla en problemas tan fácilmente como sacarla de ellos.

Esa tarde, mientras los pasillos se vaciaban y las sombras se alargaban, t/n caminaba con paso decidido hacia la sala de música. Su violín la esperaba para una sesión de práctica, pero un destello de metal en el suelo captó su atención. Era una llave antigua, con un grabado que decía "A&L". Levantándola, t/n sintió una corriente de aire frío que la llevó hasta una puerta al final del corredor. Una puerta que nunca había notado antes, adornada con letreros que advertían "No entrar" y "Habitación de Alice y Lucio".

La curiosidad de t/n era su mayor virtud y su peor defecto. Con la llave en mano y el corazón latiendo con fuerza, se preguntaba qué misterios guardaría esa habitación. ¿Sería este el momento de descubrirlo? Con un suspiro, se acercó a la puerta, dispuesta a enfrentar lo desconocido.

Con la llave temblando en su mano, t/n insertó la pieza de metal en la cerradura y giró con suavidad. La puerta se abrió con un chirrido que resonó en el silencio del pasillo. La oscuridad de la habitación parecía devorar toda luz, invitando a t/n a un mundo desconocido.

Dando un paso al interior, t/n apenas podía ver su propia mano frente a su rostro. Pero entonces, como dos brasas en la noche, unos ojos se encendieron en la oscuridad. Rojos y negros, brillaban con una intensidad sobrenatural, acompañados de una sonrisa que desafiaba la lógica, espeluznante y demasiado ancha para ser humana.

El corazón de t/n latía con fuerza, su respiración se volvía pesada. Los rumores sobre los dos demonios que habitaban esa sala, que habían jurado no causar caos en la escuela a cambio de un santuario, volvieron a su mente. ¿Serían ellos los dueños de esos ojos y esa sonrisa?

La tensión en el aire era palpable, y t/n sabía que debía actuar con cautela. No había vuelta atrás; estaba en el territorio de los demonios, y su siguiente movimiento podría cambiarlo todo.

Con un golpe sordo, la puerta se cerró detrás de t/n, sellando su única vía de escape. La oscuridad se cernía sobre ella, y la sonrisa en las sombras se ensanchó aún más. De repente, la habitación se iluminó con una luz tenue, revelando a dos figuras idénticas frente a ella.

Alice y Lucio, los mellizos demoníacos, se materializaron desde las sombras. Compartían el mismo color de pelo, un tono oscuro como la noche sin estrellas, y sus ojos ardían con el mismo fuego rojo y negro. Vestían ropas que parecían tejidas con la misma oscuridad de la habitación, la única diferencia entre ellos era la forma en que articulaban sus palabras.

Alice, con una voz que cortaba el aire como cuchillas, se lanzó hacia t/n con una agilidad sobrenatural. Pero antes de que pudiera alcanzarla, Lucio intervino, colocándose entre su hermana y t/n. Su voz era más suave, casi melódica, y sus palabras eran un escudo tan firme como su presencia.

Alice Basta-dijo aquel chico de nombre lucio en un tono firme pero calmado-Ella no es nuestra enemiga, y no hemos olvidado nuestro juramento.

Alice se detuvo, su mirada aún fija en t/n, pero la agresión en su postura se suavizó lentamente. Lucio se volvió hacia t/n, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora.

"No temas, t/n," aseguró Lucio pero...como este sabia el nombre de la chica?-No permitiré que te pase nada malo aquí.

La tensión en la habitación disminuyó, y t/n se dio cuenta de que, a pesar de su naturaleza demoníaca, los mellizos tenían su propio código de honor. Quizás, en este lugar de secretos y sombras, t/n había encontrado aliados inesperados.

T/n y el Desafío de la Escuela de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora