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Lee Félix caminaba a paso apresurado, odiaba el hecho de que había llegado tarde al gran día de su hermano mayor pero en cuanto lo vio a lo lejos sonreír felizmente todo tipo de sentimiento negativo se alejó de su mente, adoraba a su hermano y a J...

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Lee Félix caminaba a paso apresurado, odiaba el hecho de que había llegado tarde al gran día de su hermano mayor pero en cuanto lo vio a lo lejos sonreír felizmente todo tipo de sentimiento negativo se alejó de su mente, adoraba a su hermano y a Jisung pues sabía que el amor que se tenían era único, él deseaba encontrar ese sentimiento también.

Saludó a algunos invitados por un corto periodo de tiempo ya que muchos de ellos estaban entonados ya con el alcohol y otros tantos se habían retirado del evento, después de un tiempo decidió salir a caminar, escuchaba a la gente hablar a su alrededor acerca de lo que se decía sobre si sería un buen gorbernante en el futuro y eso ya le estaba provocando una migraña.

Si caminar era lento pero firme aunque realmente no sabía hacia donde iba a pesar de haber vivido en su infancia ahí no recordaba mucho del lugar por todo el tiempo que pasó fuera,sumergido en sus pensamientos sintió un cuerpo chocar consigo afortunadamente para él pudo mantenerse en pie pero el chico frente suyo no había tenido la misma suerte, le escuchó gemir de dolor y se preocupo por lo que inmediatamente se agachó para ayudarlo.

-Perdoname no ví por donde iba caminando.

Ambos dijeron al unisono riendo enseguida, al segundo su mirada fue fija a los ojos ajenos, una pequeña chispa pareció sentirse en el ambiente cuando ambos jóvenes se miraron por segundos aunque en sus mentes pasaron horas.

-Te ayudo.

El rubio rompió el silencio extendiendo su mano hacia el pelinegro, cuando este estuvo de pie noto que era ligeramente más alto, observó al contrario y notó que su vestimenta era un poco diferente a los demas invitados, el pelinegro era muy extravagante, a pesar de no ser su evento aquel chico iba muy elegante.

En la parte superior portaba una capa la cual estaba sujeta a solamente uno de sus hombros la cual estaba llena de caderas las cuales poseían pequeñas piedras preciosas al igual que algunos bordados plateados ya que el reverso de esta capa era de color plateado. Abajo de esta poseía una saco color azul marino el cual tenía pequeñas decoraciones y bordados del mismo color plateado, medallas, broches , diamantes y sobre todo cadenas. Era lo que adornaban aquel saco.

La parte de abajo no era tan extravagante como la superior , llevaba uno pantalón de vestir color negro el cual en su cintura portaba un listón algo grueso de color plata el cual tenía bordados con diamantes y en sus pies unos simples botines de color negro los cuales tenían como decorado un pequeño diamantes en la parte superior atrás.

-¿Hay algo mal en mi?

-Absolutamente ¿Por qué preguntas?

-Me estás mirando mucho.

El rubio enrojeció de sobre manera y agradeció que la noche solo fuera levemente iluminada por la luna y no se pudiesen ver las mejillas rojas, no se había percatado de que había observado mucho tiempo al chico, pero demonios que era hermoso.

-Hwan Hyunjin.

-¿Eh?

-Mi nombre es ese, Hwan Hyunjin.

"Así que es el principe vecino." Pensó el rubio.

-Oh... Lee Félix.

El silencio se hizo presente por unos minutos más, solo que no era incómodo ambos chicos miraban el agua fijamente, ambos sin saber que decir pero tampoco sin querer despedirse extrañamente se sentían cómodos. El rubio decidió que era momento de romper el silencio y así conocer a quien quizá sería un gran amigo.

-¿La ceremonia fue agradable? No pude llegar a tiempo, MinHo es mi hermano y Jisung un gran amigo, ambos son importantes pero hubo problemas para salir.

-Lo fue, ambos se notan muy enamorados.

-Lo están.

-¿Cómo fue que ellos se conocieron?

-En el entrenamiento de MinHo, Jisung debía entrenarlo pues era el general con más rango, el amor se dió y MinHo decidió que quería pasar el resto de su vida junto a él, aunque eso signifique renunciar al trono.

El chico hizo una mueca pues aunque su felicidad por su hermano era verdadera aún tenía miedo de asumir él el cargo pues no era nada fácil, sacudió la cabeza intentando alejar los pensamientos que estaba teniendo pues no quería tener que pensar en ello todavía.

-¿Por qué escapaste de la fiesta Hyunjin? Podrías estar adentro divirtiéndote ¿Es que acaso no hay alguna chica linda?

Río el rubio mirando de reojo al alto, notó en su semblante una mueca triste por lo que se arrepintió de inmediato.

-No, no hay nadie adentro que haya captado mi atención, en cambio aquí afuera...

Hablo el de cabello negro antes de que pudiera decir alguna palabra el rubio, este último se quedó pensando en las palabras dichas, su corazón dió un vuelco.

-Entonces somos dos, adentro no hay nada que me interese más que estar aquí, al menos aquí puedo ver las estrellas.

No supo realmente porque había dicho eso pero tampoco lo quiso pensar mucho. Mirando el hermoso cielo y detallando cada constelación el chico sonrió ampliamente sin darse cuenta que lo miraban fijamente, también estudiando cada cada peca en su rostro.

Pasaron algunas horas y el frío ya empezaba a descender aún más, no habían sentido el clima gélido hasta ese momento por lo que decidieron volver, había pasado bastante tiempo y ambos jóvenes estaban seguros de que recibirían una reprimenda por haber escapado horas sin ningún guardia que los acompañase.

-¡Hwan Hyunjin!

El grito de un hombre hizo que los pasos del pelinegro se detuvieran en seco, no quiso voltear la cabeza pues sabía de quién era esa voz, por su parte Félix miró a los dos hombres completamente quieto "si no me muevo no me ven" pensó pues parecía que el chico con él que paso horas hablando y mirando el cielo se había encogido en su lugar.

-oh... Hola Bahng ¿Qué tal te va?

-¿Es en serio Hyunjin? Estaba por volverme loco ¿Es lo único que dices?

-Lo siento...

-Cuando eras un mocoso yo tenía que huir de ti, ahora eres tú quién huye que vueltas da la vida.

Félix rió un poco por lo que el otro chico por fin notó su presencia, el rubio pensó que había funcionado su "hechizo" de no moverse. Bangchan hizo una reverencia en saludo al rubio.

-Lo siento, es mi culpa me lleve a Hyunjin y estuvimos platicando.

-No lo defienda, principe Félix, él escapó deliberadamente de nosotros.

Bangchan miró con ojos acusadores al pelinegro quién miraba a todas partes y sin más rió y echando a correr hacia uno de los pasillos donde probablemente estuviera hospedado se fue, no sin antes decirle un leve adiós al rubio, un Bangchan malhumorado detrás de él y también despidiéndose con una reverencia hacia el rubio fue que desaparecieron de su vista, fue entonces que Félix rió por el momento que acababa de presenciar, él también iría a descansar lo que restaba de la noche pero a diferencia de muchos días anteriores su corazón sintiéndose cálido por primer vez.

Mi príncipe de las estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora