XII

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Había pasado una semana. La peor semana escolar para Rai.

Al llegar el lunes, la cara de Rai se ilumino cuando Alondra atravesó la puerta. Si bien se habían estado viendo todos los días, estar separadas en horario escolar era un infierno.

Rai no paso por alto los murmullos y risitas de algunos compañeros, tuvo que retener sus ganas de ir a golpearlos. El mes pasado se metió una pelea porque unos idiotas inmaduros pensaron que era buena idea tirarle el almuerzo a Alondra.

En esa ocasión Rai no pudo contenerse. No, cuando había presenciado esa escena, no cuando la vio tan indefensa.

Para su suerte, Rai había sido lo menos lastimada, aunque si se comió bastantes charlas sobre como comportarse en este tipo de situaciones. ¡Nadie entendia! ¡Esos idiotas habian estado muchísimo tiempo molestando a su novia y nadie les habia puesto un alto! Rai no les iba a dejar en paz. Es más, secretamente, les devolvía su maldades. Cada vez que molestaban a Alondra, se los devolvía y mucho más bruto.

Su novia no tardó en lanzarse a sus brazos. Sí, por supuesto que también lo había escuchado. Rai les hubiera dado una buena paliza de no ser abrazada por aquella linda.

—Te extrañé — Rai pensó que Alondra estaba jugando sucio, ¿¡Cómo iba a decir eso con esa estupida y tierna voz!?

—Yo también.— Le acaricio la cara mientras le dejaba un beso en su cabeza.

Alondra estaba en las nubes.

Y esperaba que nada la bajara.

¡Me gustas! || Adaptación RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora