Mía | Ryomen Sukuna x Oc [+18]

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˜Mía˜

Despues de la fiesta en la playa la cosas siguieron de forma "normal" entre nosotros.
Quisiera preguntar si somos una pareja ahora, pero siento que me vería tonta de alguna u otra manera...

—¿Tienes algo planeado para este fin?- preguntó Sukuna mientras miraba el cielo recargado sobre uno de los columpios.

Hacía tiempo que veníamos a un pequeño parque detrás de mi casa. Estaba tan escondido entre un par de casas que incluso los niños del area lo pensaban antes de venir aquí, por lo que se volvió algo así como nuestro lugar.

—Iré a la cafetería del centro- respondí mirando mis pies.

Aunque hubiera algo de confianza aún me sentía rara mirandole a la cara.

—¿Cual?

—Ya sabes, esa que nos enseñó Kugisaki hace unos días.

—¿Irán juntas?

—Nop, iré a buscar trabajo. Bueno en realidad iré porqué conseguí el trabajo— Los ojos rojizos de Sukuna rapidamente se fijaron en mi luego de decir aquello. Parecía curiosamente extrañado de que dijera eso.

—No entiendo, trabajo, ¿para que?.

—Bueno— sonreí — aunque entré a la universidad necesito un trabajo de medio tiempo. Mamá ya tiene suficiente estrés con su trabajo como para que se procupe por mis gastos.

—Entiendo. Pero, no dijiste que estaba tomando cursos con la doctora... ¿cual era su nombre? Shion.. Eso debería aumentarle la paga ¿no?

—Se llama Shirone además, hasta que los cursos no terminen y obtenga su licencia de cirujana no pude hacer nada.

—Oh entonces.. ¿te quedarás en los dormitorios del campus?

—No lo creo. Mi tía tiene un departamento cerca de la universidad. No es lo suficientemente cerca pero me queda en un punto neutro con respecto al trabajo así que...

—¿Entonces vivirás con tu tía?

—No, ella vive a las afueras de la ciudad. Me va a prestar el departamento, con la condicion de que lo cuide y de que pague la facturas. Otra razón para necesitar el trabajo—  Noté que Sukuna se quedó muy pensativo por lo que se me hizo divertido molestarlo —¿estás preocupado por mi?

—Considerando que te asustas de todo y que eres del tamaño de una niña, claro. No vas a durar un mes.. es mas, ni una semana tu sola.

—¿Que imagen tienes de mi? — Sukuna entonces se giró lentamente a verme con esa sonrisa de galan que ponía siempre y me susurró.

—Tengo un millon de imagenes tuyas, lo digo porqué hace un par de días te asustaste con un bicho— pude sentir como mi cara se ponía caliente de la vergüenza en segundos, al mismo tiempo que el empezaba a reirse.

—¿Entonces cuando empezaremos la mudaza?

¿Empezaremos? ¿Eso quiere decir que se está apuntando para ayudar?

—No quisiera quitarte tu tiempo así que no te preocupes. Le diré a Itadori que me ayude.

—Ahora eres tu la que me hace menos. Estamos juntos en esto así que dejame ayudarte.