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Recuerdo que mi curiosidad era tanta que te busque en Facebook, sin saber exactamente si te iba a poder encontrar pero si te encontré, y no dude en enviarte solicitud, a los días aceptaste mi solicitud.

Me emocioné tanto que quería que me notaras, entonces había subido ese día una historia a mi Instagram de que faltaban 10 días para mi cumpleaños y me dije a mi misma "subamos esto a Facebook", sin analizarlo tanto lo subí, y sin darme cuenta a los pocos minutos tu respondiste diciéndome que para el tuyo faltaban cinco días. Nuestras fechas están tan cerca pero en ese momento desconocía que no lo celebrabas en absoluto.

Comenzamos a hablar de la nada, sin un tema en específico, no habíamos hablado desde enero cuando te conocí por primera vez pero era como que ya nos conociéramos de años, te invite a mi cumpleaños esperando poder verte y aceptaste, diciéndome que podíamos ir a tomar un café al rato y dar una vuelta en tu carro que a mi me fascinaba.

Pero ese día, en el lugar. Tuve la ilusión de haberte visto, pero nunca te acercaste. Nunca me dijiste si si habías ido, y yo no pregunte si eras tú. Sin embargo tengo el recuerdo de que ese hombre me miraba cuando yo pasaba con la idea de que lo reconociera pero no lo hice, todo estaba muy oscuro y las luces no ayudaban a distinguir muy bien entre las personas. Ya era la una de la mañana cuando me fui, y me percate de que había una notificación en mi teléfono que al verla vi que era un mensaje tuyo preguntando si ya me había ido, respondí sin mucha importancia que sí.

La curiosidad me come hasta el día de eso, de si ese hombre al que vi en ese lugar eras tú,  aún no conocía bien tus expresiones o que solo vestías de negro.

Los días pasaban y seguimos hablando, conocí que te gustaba mucho el capuchino, que si habías cubierto el tatuaje del que hablamos el día que te conocí y me enseñaste una foto de como te había quedado y debo de admitir que quede fascinada de ese diseño también supe  que tenías novia, nunca entraste en detalles sobre ella, y yo lo respetaba mucho, no eras de los que les gusta contar sobre su vida privada.

Al principio cada quien tenía una vida y solo compartimos ciertos detalles sobre ella, yo por mi lado no había mencionado que tenía novio en ese momento sin embargo no quería fallarle y no era mi intención tener algo contigo, por eso fuimos tres años amigos y solo era la conmoción de que mi idea de conocerte cuando era pequeña se había hecho realidad, cuando sinceramente nunca pensé que eso sucedería. Sentía que en mi vida no salía nada como esperaba, ¿por qué esta vez al conocerte sería diferente?; no lo sabía y por eso me rebosaba de alegría, no había sido como me imaginaba cuando era más joven, que como dije antes solo sabía de ti.

Dejamos de hablar una época porque yo ya no respondí y tú tampoco escribiste. Hasta que era mediados de junio, cuando recibí un mensaje tuyo respondiendo mi historia de Instagram y volvimos a hablar como que no hubiéramos pasado bastante tiempo sin responder.

Así pasamos lo que quedaba del año, tiempos hablamos y tiempo dejábamos de hablarnos pero siempre volvíamos a hablar contando nuevas anécdotas de lo que había pasado, tú me llamabas desaparecida y yo te decía que ese eras tú, molestábamos como dos niños pequeños y eso me gustaba. Contigo nada se sentía mal cuando platicábamos.  

No te había vuelto a ver desde enero hasta que un día apareciste en el predio, para ver un camión del que tu papá estaba interesado en comprarle al mío. Mi corazón se detuvo al verte entrar, tu carro en ese momento era un Pick up blanco; era tu estilo totalmente. Habíamos hablado solo por mensaje que no sabía como tratarte. 

Estaba observándote por la ventana de la oficina; como caminabas hacia donde estaba mi papá parado y no dudaste en saludarlo, en ese mismo momento veo como mi papá saca su teléfono de su bolsillo del pantalón y veo que es a mí a la que llama.

- ¿Si? - respondo el teléfono
- Mami, me podes traer los papales del camión por favor - indica mi papá por la llamada
- Si, ahorita bajo - colgué nerviosa el teléfono, fui a buscar los papeles para luego bajar a encontrarme contigo y mi papá.

Tú sin verme caminaste hacia el camión para observarlo mejor, te subiste a el y lo rodeaste para tomarle fotos, esa fue mi oportunidad para acercarme a mi papá y pasar desapercibida como había sido mi idea pero sin embargo mi papá tenía otros planes.

- No son para mí - me señalo con la cabeza por donde tú te habías ido - dáselos a él para que los vea.
- ¿ A él? - pregunte viendo el camino, mi papá emitió un sonido de afirmación.

Comencé a caminar en esa dirección esperando no encontrarte pero sabía que mi papá me regañaría si no te entregaba los papales que estaban en mi poder. Levante la miraba para buscarte cuando vi que tú te acercabas caminando en mi dirección hablando por teléfono, sonreíste en mi dirección y te acercaste a mí.

- Hola - saludaste dándome un beso en la mejilla.
- Hola - salude de regreso - mi papá me pidió que te diera los papales a ti.
- Si, si -  respondiste aceptando los papales, al igual que tu papá los observaste en silencio - ¿son de este camión?
- Si - respondí alejándome un poco de ti.

No creo que tú hayas notado la distancia pero sin embargo yo quise ponerla. Desde que supe existías quise saber de ti, y eso fue cuando tenía quince años, luego te olvide para años después volver a saber que estuviste una época con mis papás aquí en este mismo lugar. En el bachillerato te ponían a hacer prácticas con una empresa y tú decidiste hacerlas con mis papás.

Recuerdo que mi hermana mayor contaba que eras algo tímido pero te mantenías con ella viendo computadoras y cuando lo supe quise que nos encontráramos de casualidad en el predio. Cuando no asistía al colegio, me iba con mi mamá para ver si te veía pero antes de inclusive verte, ya habías terminado el tiempo que solicitaba tu instituto.

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¡Hola!
este no tiene tanto diálogo pero espero les guste. Un tanto diferente

Me cuentan que les pareció en los comentarios.

Cuando te conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora