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Como siempre cuando quería escapar de la realidad me iba a la biblioteca y hoy más que nunca quería estar alejada de todo el mundo, por lo que me fui al lugar en el que siempre terminaba, lo más recondito del lugar.

Haram no era mi mejor amiga pero parecia conocerme muy bien y siempre me encontraba. Aunque no era novedad, la mayoría de veces que pasaba el tiempo con ella era justamente en ese lugar.

Se sentó a mi lado y pude percibir su
mirada sobre mi pero mis ojos no se despegaron del libro que tenía entre las manos. No quería sentir la aflicción por querer o no querer besarla.

-Así que efectivamente lograste hasta lo imposible

Otra de sus carcajadas, mi molestia naciendo, mi ceño frunciendose y un suspiro profundo escapándose.

-No es gracioso Rami

-¿No lo estás disfrutando?

-No

-¿Por qué?

-Tal vez mis labios no están hechos para complementarse con otros

Los recuerdos vinieron y esa sensación desagradable en mi estómago volvió.

-Estás romantizando mucho la
situación. A ver, ¿qué fué tan malo para que tengas esa cara de asco?

-¿Qué obsesión tienen con utilizar la lengua?

Retuvo la risa y yo solo pude rodar los ojos.

-Ay Asa... Así que no te gustan los besos profundos, intensos y apasionados

-Creo que no

Sin aviso Haram tomó mi rostro con suavidad haciéndome girar la cabeza en su dirección y atrapó mis labios. Era nuestro tercer beso y todo parecia familiar pero a la vez diferente en cualquier sentido.

Estaba tan inmersa en el movimiento que casi no me di cuenta de cuando su lengua pasó de una forma delicada por mi labio inferior e inconscientes se mantuvieron entreabiertos para que su lengua se adentrara en mi boca tocando la mía.

Nuevamente perdí la razón y ese beso me quító el aliento, la perfecta calidez, incluso la humedad de su boca y ese músculo que se movía en sincronía con el mío sumado con
el sabor a menta era delirante, deseé más pero ella se separó lentamente y no me miró.

-¿Seguiras intentando encontrar el beso perfecto?

Tardé un poco en responder porque mi atención estaba en sus lindas mejillas sonrojadas.

-Por... Por ahora ya no quiero pensar en besos

Menos podría hacerlo luego del beso que ella me había regalado.

-¿Volverías... Volverías a besar
a alguna de las personas que ya besaste?

-Solo a una

Justamente a la que acababa de
besarme pero no podía suplicarle otro beso cuando los besos entre ella y yo era un "juego".

-¿Puedo saber quién?

-No

-Oh... Bueno, ¿Entonces por qué no te conformas con el beso de esa persona?

Decidi ignorar su pregunta porque si dijera la verdad estaba segura de que
sería muy incómodo para ambas.

-Me di cuenta que un beso puede ser el reflejo de la forma en la que una
persona es

Parecía un poco desconcertada, tal vez porque no esperaba que yo fuera a cambiar de tema.

-Puede ser, pero por mucho que te
atraigan sus labios, no has pensado entonces en su personalidad y eso también depende mucho en la perspectiva que puedas tener de un beso... Entonces, si te diste cuenta de eso ¿A cuánta gente más pretendes besar? o al menos dime, quién será tu próxima víctima

-¿Victima?

-Tu beso ya parece ser como el beso de la muerte. Si algún mortal logra
tocar tus labios morirá por ti

-Las personas dicen tonterías -Como sea... Dime ¿Quién será?

-Soobin

-Es lindo pero es un ñoño

-¿Debería importarme eso?

Soltó un profundo suspiro y se levantó antes de hablar por última vez y mirarme fijamente.

-Bueno Asa, sigue intentando encontrar lo que quieres, pero te
recuerdo que la perfección no existe

Preferi ignorar a Haram aunque tenía
razón, de cualquier manera me
concentré en mi próximo objetivo, era imposible que solo ella pudiera hacerme sentir que una inexplicable
revolución se formara en mi interior.

Tan solo debía levantarme para encontrar a Choi Soobin. Pero
necesitaba procesar el último beso
que me dió Haram. Entonces en una semana llegué hasta ese chico sumamente tierno y lindo, su labio. superior era fino y el inferior tenía el grosor justo para complementarse
formando unos labios hermosos y de
un color rosado pálido, además sus comisuras siempre lo hacian parecer.
un chico sonriente.

Le pregunté sobre un libro, lo ví tan nervioso, él no sería capaz de besarmepor lo que tomé la iniciativa y le robé un beso, tal vez por la inexperiencia fué un poco torpe, no me desagradó pero no produjo nada en especial en mí así que solo pude disculparme e irme un tanto avergonzada.

Permaneci frustrada porque no podía
dejar de pensar en lo que Mina me hacia sentir ¿Acaso ella se había llevado la magia y todo lo bueno y
bonito junto a mi primer beso? Ella no me gustaba, eso me repetia a mi
misma.

Me sentía perdida y no pude hacer algo más que cambiar un poco mis planes. Tenía 10 nombres escritos en mi libreta y 6 de ellos ya habían sido olvidados, excepto uno.

Haram

Maldita Shin Haram

En fin, decidí cambiar los 4 nombres que me faltaban por personas que realmente me atraían o sentí que me
habían gustado, no solo por sus labios sino que por su personalidad.

L i p s (Asarami)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora