Solo amigos┊RayEmma

Solo amigos

Emma tenía claro, desde muy pequeña, que quería a cada uno de los niños de Grace Field porque habían crecido juntos como familia, antes y después de Mamá. Sin embargo, no ignoraba el cariño especial por sus dos mejores amigos: Norman y Ray, aunque éste último a veces fuera un tanto esquivo y sarcástico con ella.

Después de todo, él siempre terminaba cediendo a sus ocurrencias, incluso si ponía resistencia al principio. Asimismo, Emma (junto a Norman) era la única capaz de hacerlo sonreír de verdad.

No por nada Ray había sacrificado tanto, incluso su propia integridad, con tal de protegerlos a ambos y encontrar la manera de mantenerlos con vida, a pesar de su posterior derrota parcial.

Emma perdonó a Ray, sin importar cuan ruin y traicionero él se podía sentir, y cuando perdieron a Norman, ella se convirtió en esa luz en medio de la oscuridad que tanto le hacía falta. Ambos se refugiaron en el otro, encontrando la fuerza necesaria para salir adelante por los más pequeños. Además, se hicieron más unidos, más cercanos, más parte del otro.

Porque eran amigos, en los días nublados y con sol.

Los amigos se querían, los amigos se cuidaban las espaldas, los amigos se comprendían, los amigos eran capaces de sacrificar su vida por el otro, los amigos se pensaban constantemente, los amigos se necesitaban, los amigos no podían vivir sin el otro, los amigos se imaginaban un futuro juntos los dos...

—Porque es mi amiga —Ray solía justificarlo, con una aparente seguridad.

Emma nunca lo cuestionó porque entendía, o creía entender, ese vínculo especial entre ambos que todos entendían, a excepción de ellos.

—¿Tú amas a Ray? —una vez, Jemima le preguntó a Emma, cuando ella y Ray lideraban el camino que llevaría a su familia a la salvación.

La niña mayor sonrió.

—Por supuesto —dijo, causando que Ray se detuviera en seco y los niños detrás, chocaran entre ellos, tan intrigados como él—, así como te amo a ti y a todos nuestros hermanos.

La pequeña Jemima infló sus mejillas, emitiendo un suspiro profundo de desilusión porque, aunque todavía no era del todo consciente de algo tan abstracto como el amor, entendía que la respuesta recibida no era la que había pretendido obtener. Ray comprendió el sentimiento, pero sin aceptarlo en su totalidad, ya que la afirmación de Emma era la esperada y probablemente la que repetiría si la pregunta se la hicieran a él, porque Emma solo era su amiga al igual que Norman, Don, Gilda y todos los demás.

Pero si ella solo era su amiga, entonces, ¿por qué no le gustaba oír esa palabra salir de su boca?