ALESSANDRO
Las horas pasaron lentamente mientras esperaba la información de nuestro contacto. Finalmente, el mensaje llegó. Dylan colocó su laptop sobre el escritorio y comenzamos a revisar los documentos.
El verdadero nombre de Leo resultó ser Jack Torwin. Su historial era preocupante: múltiples antecedentes por robo, venta de drogas e intento de homicidio, todos de cuando era adolescente. Sin embargo, como adulto, apenas había registros de su existencia. No había registros de su familia ni de un posible domicilio.
Observé a Dylan, que se había quedado callado durante un largo rato, mirando fijamente la pantalla. Parecía estar perdido en sus pensamientos.
—¿Hermano? —dije, tratando de llamar su atención—.
Finalmente, Dylan levantó la vista y se dirigió a un cajón del escritorio. Sacó una carpeta de una investigación que había realizado sobre Pandora. Comenzó a revisar algunas hojas rápidamente, murmurando para sí mismo.
—Recuerdo haber visto este apellido antes... —dijo Dylan mientras seguía pasando páginas—. Aquí está.
Me mostró una hoja con información sobre un sujeto llamado Spencer Torwin. Dylan había obtenido una foto de él. Observé la imagen detenidamente y noté el sorprendente parecido con Leo, o mejor dicho, Jack.
—¿Podrían ser familiares? —pregunté, aunque la respuesta parecía obvia—.
—Es muy posible que sean padre e hijo. Spencer Torwin es el líder de Pandora —dice Dylan con una expresión seria—. Si Jack es su hijo, eso explicaría muchas cosas.
La gravedad de la situación se hizo aún más clara. No solo habíamos sido traicionados por alguien de confianza, sino que esa persona tenía vínculos directos con nuestro enemigo más peligroso.
—Necesitamos actuar rápido —dije, sintiendo la urgencia en mi voz—. Si Jack está aquí, Spencer debe estar al tanto de nuestros movimientos. No podemos permitir que nos tomen por sorpresa.
Dylan asintió, compartiendo mi preocupación. Sabíamos que cualquier movimiento en falso podría costarnos caro, especialmente con Mia en el hospital, luchando por su vida.
—Primero debemos asegurarnos de que Jack no sospeche nada —dije con una voz calculadora—. Luego, organizaremos un operativo para capturarlo y obtener toda la información posible sobre Pandora.
Mientras planeábamos nuestros próximos pasos, mi mente seguía volviendo a Mia. No descansaría hasta que ella estuviera a salvo y el traidor pagara por hacerle daño.
—Voy a hablar con nuestros hombres —dije finalmente, levantándome—. Necesitamos estar preparados para cualquier cosa.
Dylan asintió y comenzó a revisar más información en la laptop. Sabíamos que el tiempo era esencial y que cada minuto contaba. Con determinación, me dirigí a organizar a nuestro equipo, decidido a enfrentar a Pandora.
Informé a mis hombres que vigilaran a Leo discretamente y que me informaran de inmediato si salía de la mansión. Durante toda la larga investigación sobre Pandora, Dylan no había podido localizar la base del grupo. Eran extremadamente discretos y hábiles para esconder sus movimientos y realizar operaciones por debajo del radar. Sabía que seguir cada movimiento de Leo podría llevarnos directamente al escondite de Pandora.
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La Sombra Del Anillo
RomanceAl despertar la mañana siguiente, Mia se encuentra en una habitación desconocida, compartiendo la cama con el hombre del bar. La sorpresa no termina ahí: ambos llevan argollas de matrimonio en sus dedos. Desconcertada y con resaca, intenta recordar...