Capítulo 9

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Mis pensamientos aún eran confusos y no podía creer cómo llegué a este punto. Supongo que se debió al bajón emocional, en el cual había tocado fondo. Sin embargo, no tenía tiempo para pensar mucho en ello, puesto que Derek se estaba acercando lentamente a mí.

Su caminar imponente y la fuerza que había mostrado hace poco, hicieron que algo dentro de mí se removiera. ¿Quizá era admiración? No lo sabía, pero mi corazón dio un brinco cuando llegó hasta mí.

—¿Te encuentras bien? —preguntó con voz y mirada seria.

A pesar de qué la pregunta debía mostrar algún indicio de preocupación, tanto su voz como sus ojos no lo demostraban en absoluto. Si es así, ¿por qué intervino?

—Estoy... bien —expresé mientras miraba sus ojos grises, los cuales emitían un brillo peligroso—, gracias.

Derek observó la herida en mi labio y frunció la frente ligeramente.

—¿Qué hacías por aquí? Deberías saber que, por la noche esta parte de la ciudad de vuelve peligrosa —inquirió con cierto desinterés.

—Si... lo sabía. Solo...

¿Es por qué lo sabía que mi cuerpo inconscientemente vino hasta aquí?

—Tuviste suerte de que estuviera por aquí —indicó—. Vamos, te llevaré. Es una molestia, pero ya que intervine, tengo que terminar lo que empecé —se quejó con cierta exasperación.

No comprendía el tipo de razonamiento que tenía. Según su personalidad, creía que tras salvarme me dejaría aquí sin más.

—No es necesario, estaré bien por mi cuenta —respondí con voz entrecortada.

Ahora que mi mente se había despejado, pude darme cuenta de la gravedad de la situación en la cuál me había involucrado y la locura que había pensado. Estaba avergonzado que Derek me hubiera visto en esta situación o aun peor, escuchado lo que dije.

—No digas estupideces —dijo y se acercó amenazante, levantando mi mano—. ¿Estarás bien por tu cuenta en este estado? —espetó enojado.

—¿Qué...?

Ah... se refería a esto. Al levantar mi mano pude darme cuenta de que estaba temblando. Mi cuerpo estaba aún en estado de shock y sino fuera porque estaba arrimado en la pared, ya estuviera en suelo.

—No hagas perder más mi tiempo y ven conmigo —expresó con mirada penetrante y se giró para caminar en dirección a la salida del callejón.

Tal parece que su estado de ánimo no era bueno y sentía que, si lo hacía enojar más, podría dejarme como aquellos tipos en el piso.

—D-de acuerdo, pero...

—Pero qué, maldita sea —expresó molesto, girando y dándome una mirada fulminante.

—Yo... —titubeé—. No puedo caminar en este momento —dije avergonzado.

Mi cuerpo aún no reaccionaba del todo y sentía que, si intentaba dar un paso hacia adelante, caería estrepitosamente.

—¿Me estas jodiendo? —increpó claramente enojado.

Me observó por unos segundos y luego emitió un suspiro largo, maldiciendo por lo bajo mientras pasaba su mano por su cabello, colocándolo hacia atrás. De alguna forma, el verlo hacer eso me hizo darme cuenta del gran atractivo que tiene ese tipo. No solo era atractivo, sino también exudaba un aura dominante, peligrosa y sexy. Si fuera una chica, creo que me sentiría atraído hacia él.

Empezó a caminar nuevamente hacia mí y creí que me golpearía por haberlo hecho enojar. Sin embargo, me tomó de la cintura y me levantó como si no pesara nada, para colocarme sobre su hombro y cargarme como si fuera un simple bulto.

Entre Tinieblas y AnhelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora