En Defensa Del Arte .

2- Para que seguir ?

¿Por qué seguir escribiendo versos de amor y de tristeza,
si esas nimiedades no me ayudan a alcanzar grandeza?
No necesito suspiros ni lágrimas en mi arte,
mi misión es elevarme, destacarme y no apartarme.

Mi pluma no dibuja corazones ni lamentos,
esculpo palabras que forjan firmamentos.
Soy el arquitecto de mi propio ascenso,
cada frase, una columna en mi templo inmenso.

Dejo atrás las rimas que no me engrandecen,
rechazo los dolores que en nada me enriquecen.
Mi poesía es un reflejo de mi poderío,
cada estrofa un testimonio de mi bravío.

El amor es un espejismo, una distracción vana,
prefiero el eco de mi nombre en cada mañana.
La tristeza es un lastre que no merece mi tiempo,
mi mente es un palacio, no un simple aposento.

Cada palabra que escribo es una conquista,
cada verso, una flecha en mi misión egocentrista.
No busco en otros la validación ni el aplauso,
mi obra es mi emblema, mi éxito, mi lazo.

¿Por qué perderme en sentimientos que no me elevan?
Prefiero la claridad de ideas que me relevan.
Soy el centro de mi universo, el alfa y el omega,
mi talento y mi ambición, la única entrega.

Dejo al amor y la tristeza para los poetas comunes,
mi canto es para mí, en mi propia cumbre.
Cada línea que trazo es un paso hacia la cima,
en mi egocéntrico viaje, mi esencia es la rima.

Así sigo, en mi senda de autoexaltación,
escribiendo versos que reflejan mi convicción.
Para que seguir con lo que no me hace avanzar,
si en mi propia gloria, encuentro mi lugar.