El primer día

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Anna se despertó temprano, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Hoy era el día que había estado esperando durante meses: su primer día en la prestigiosa Academia Royal. Se levantó de la cama con rapidez, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. El sol apenas comenzaba a asomar por el horizonte, bañando su habitación con una luz dorada.

Mientras se vestía con el uniforme, Anna no podía dejar de pensar en todas las historias que había escuchado sobre la academia. Su abuela siempre hablaba de los jardines inmensos, las aulas antiguas llenas de historia, y los profesores que parecían sacados de un libro de cuentos. Para Anna, la Academia Royal no era solo una escuela; era un mundo nuevo lleno de oportunidades y desafíos.

Después de desayunar, salió de casa con su mochila al hombro y se dirigió a la estación de bus. El viaje hasta la academia no era largo, pero cada minuto parecía eterno. Finalmente, el bus llegó a su destino y bajó, encontrándose frente a las imponentes puertas de la Academia Royal.

Al cruzar el umbral, Anna sintió una mezcla de nerviosismo y temor. Los pasillos estaban llenos de estudiantes, cada uno ocupado con sus propios asuntos, pero todos llevaban el mismo uniforme elegante que ella. Respiró hondo y se recordó a sí misma que también pertenecía allí, que había trabajado duro para llegar a ese lugar.

Siguiendo las indicaciones del mapa que había recibido en su carta de aceptación, encontró su camino hacia el aula de su primera clase. Una característica de ella es que sin duda, es muy distraída, y ya se imaginan que puede haber sucedido, no?

- ¿No puedes fijarte por dónde caminas? -Comentó enojado el desconocido al que acababa de chocar-

- Lo siento mucho.. estaba distraída -dijo, avergonzada-

El desconocido la inspecciona con la mirada, sin ningún tipo de vergüenza

- Deberías tener más cuidado. -Dijo indiferente antes de irse, dejándola confundida y con la palabra en la boca-

Intentó ignorar el reciente suceso y siguió su camino hacia el aula.
Al entrar, vio a otros estudiantes sentados en sus escritorios, algunos charlando y otros absortos en sus pensamientos. Tomó asiento y esperó a que comenzara la clase.

Para su suerte, la primera clase del día resultó ser matemática, una materia que la mantenía concentrada y le ayudaba a olvidar momentáneamente el incidente con el chico.

Anna se adentró completamente a la clase, levantando la mano con entusiasmo ante cada pregunta del profesor. Sus respuestas precisas y seguras la hacían destacar completamente, haciendo que varios de sus compañeros se queden intrigados por saber quien era y como lograba hacerlo.

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Anna cerró su casillero con un suspiro de alivio después de una clase agotadora. Al darse la vuelta distraída, chocó con el pecho de alguien, deteniéndose en seco. Un poco afectada por el golpe, levantó la vista y se encontró con la mirada del chico desconocido al que había chocado esta mañana.

- Veo que tienes una pequeña obsesión con chocar a las personas, zanahoria.

"Una vez más, los apodos", pensó Anna. La costumbre del etiquetar todo con nombres peculiares era algo que ya esperaba, aunque seguía resultando un recordatorio constante de su peculiar forma de ser y lo mal que lo pasaba en su antiguo colegio.

- No vuelvas a llamarme así. -Murmuró con un tono serio, clavando su mirada en los ojos del chico-

Él levantó una ceja, claramente sorprendido por la firmeza en Anna.

Más allá de los muros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora