Sandra

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¿Qué día es ?
La luz devil de una calida mañana de verano se cuela entre las percianas, apenas para poder verse las manos.

¿Es martes ? ¿Jueves tal vez? Por dios, ¿Qué día es?.

Roberto esta a su lado, dormido al igual que Carlos, Esteban y Angel, los tres tambien dormidos en el sofa y en el suelo respectivamente.

¿Qué día es?
Se esfuerza por recordar, necesita recordar.

Su pelo que antes era la envidia de muchas ahora es una maraña revuelta de fibras carmesi.
Sus tobillos y muñecas marcados por un alo morado rojizo, los muslos arañados y un dolor inmenso en zona pelvica.

¿Que Día es ?
Ordena a las piernas caminar y estas apenas le responden. Busca que ponerse, tambaleante abriéndose paso entre el caos de aquel lugar.
Encuentra algo, ropa interior que sera más que suficiente.

Camina a tientas, evitando pisar las botellas de vidrio, los cigarillos y hasta a los propios individuos.
Encuentra al fin un sitio libre pde tanta porqueria: el baño.

Enciende el apagador, volviendo el cuarto en una pesadilla blanquecina que le quema las pupilas.

En el espejo ve una figura extraña, desconocida ¿Quien es ?
Se toca el rostro esperando que la figura no la imite, pero lo hace. Es ella.

Halos negruzcos rodean sus ojos verdes opacados por un color rojizo en donde antes había blanco. Rimel corrido acompaña la imagen.

Sus labios que guardan el rastro de un colorete rojo estan inchados, cortes que empiezan a cicatrizar son notorios, espera, no son cortes: son mordidas.

Al menos una mejilla guarda su tacto terso, sigue rosada e inmaculada a diferencia de la otra, inchada y morada, le duele tanto que apenas si puede tocarla.

Con los dedos va bajando, solo para encontrar pequeños moretones en el cuello enrojecido por alguna razon, marcas en sus claviculas y hombros que son dignos de vincularse con una paliza.

Cierra sus ojos, se niega a seguir viendo a aquella imagen tan debastada, no quiere saber como esta el resto del cuerpo de esa criatura rota.

Imagenes llegan a su cabeza tan rapido que apenas puede analizarlas :
Una pobre chica suplicando piedad, mientras es callada por golpes y besos desmedidos.
Su garganta libera gritos, chillidos, gemidos de dolor combinados con desesperación, pero a sus inquisidores les gusta, quieren más de eso y por ello, la intensidad de su tortura aumenta.
Los ojos de la chica imploran que paren, se llenan de lagrimas hasta desbordar, su garganta no puede expresar todo lo que siente, no le da abasto para desahogarse.
Cuerda se enrrolla en sus muñecas y tobillos , apresandola y colocandola en una pose que la humilla aun más, no puede liberarse y eso aumenta su impotencia: si esto no para ella enloquecera.
Es ultrajada de la forma más ruin posible, sin descanso alguno, sin piedad.

Las piernas le fallan, cae al suelo mientras sollozos surgen de su boca.
Sus ojos ya no pueden llorar, estan secos por completo.

Un dolor agudo y frio nace de su entrepierna, escalando por la espina dorsal, golpeandola en el estomago para sacarle el aliento.
Cada intento de llorar para liberarse de esta sensación aumenta el dolor de su vientre.

Algo se derrama fuera de ella, un liquido rosado que no hace mas que aumentar su terror.

Abraza sus piernas mientras trata de controlar su miedo. Cubre su boca para evitar que gritos escapen. Las lagrimas renacen desde lo profundo de su ser para intentar darle consuelo.

"Es un sueño, es un sueño, es un sueño, es un sueño ..."
Masculla debilmente, repitiendose lo mismo con la esperanza de que sen volviera realidad.

¿Que dia es?
No lo puede recordar, apenas si recuerda otra cosa que su cruel tortura.
Aun siente cada golpe, cada caricia sucia.
El estomago le da un vuelco, se siente sucia y el sentimiento de nauseas la invade.

"Despierta, despierta, despierta..." Reza entre sollozos y lagrimas amargas.
Las súplicas se cumplen, pero en alguien mas.

Murmullos atraviesan la puerta que habia cerrado teniendo la esperanza de que la protegiera. Una voz la llama.

La locura amenaza con apoderarse de ella.. Esa voz era la protagonista de todos los malos recuerdos y ahora, de nueva cuenta clamaba por ella.

No hay escape, no hay salida aparente. Se mentaliza, Tiene que ser fuerte, recistir mas de lo mismo las veces que sea necesario hasta ser liberada.

La voz se acompaña de otras, todas la buscan.
Pizadas anuncian el regreso de los inquisidores.
Se aferra a sus piernas esperando que al menos le tengan algo de lastima para dejarla en paz.

No funciona, Roberto la toma del brazo para levantarla bruscamente.
Se miran a los ojos y el rie: disfruta de su sufrimiento.

Es regresada con un empujón de donde salio: la cama.
Ya no tiene fuerzas para luchar, ni siquiera para oponerse de aluguna manera.

"Andrea...."

La tortura vuelve a iniciar.

Convirtiendome En MaidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora