CAPÍTULO 6

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Hace 2 semanas que llegue a la residencia Navarro, y desde entonces no veo a Sandra. Sonará tonto, pero asi es.

La enorme y lujosa mansión resulto ser sobre todo enorme.El gran vestíbulo al que habíamos llegado resulto ser solo una parte pequeña de la casa.

Habia casi 30 recámaras, 13 baños, 2 comedores con capacidad para 60 personas, 2 cocinas,  un salón de baile,2 salas de estar, un salon para juegos, un cine privado,12 balcones, una terraza (enorme por cierto), 2 cocheras (una subterranea), 2 albercas, una cancha de tenis y un  establo donde guardaban a los caballos.

- Y yo...-trague saliva y me atreví a preguntarle  a cristian, el mayordomo al que había visto cuando recien llegue- ¿t-tendre que limpiar todo  eso?. Cristian me miro y dio una risita. -Pero claro que no, querida. Tu solo te vas a encargar de atender a Mariano,  nada mas.
-Y ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Como debo atenderlo?
-Debes de hacer todo lo que te pida, eres una Maid, ya deberias de saber como atenderlo. A decir verdad no es nada complicado,  el joven Mariano no es nada exigente  a diferencia de...- solto un suspiró como de quinceañera enamorada- el joven Roberto. Vaya que el si es exigente, cariño.

Esa tarde pense en eso, no sabia que horrores podria estar viviendo Sandra con ese sujeto y mucho menos podria averiguarlo. 《Una maid no puede meterse en las cosas personales de su amo o su familia》era lo que decia el manual, y como buena esclava  debia obedecer sin chistar.

Las dos semanas de servicio a Mariano fueron relativamente faciles y casi no crucé palabra con el , solo para recibir ordenes.
Me levantaba a las 6 de la mañana, debia de ir a la cocina y tener su desayuno listo antes de las 7. Mientras el comia yo le preparaba el baño y debia de planchar la ropa que ese dia se pondria. Despues salia ( creo que a la universidad) y mientras tanto ordenaba toda la recamara y la limpiaba.
Antes de qie el regresara me quedaban casi 2 horas libres, en las cuales deambula por la casa en busca de Sandra, pero no obtenía resultados. Algunas veces ayudaba a Cristian  a lo que fuera que estuviera haciendo: acomodar papeles, hacer pedidos y blablabla.
Y si no podia hacer nada de lo anterior dicho,  violaba las reglas que me regian como maid (《una maid no puede tocar ni revisar las pertenencias personales de su amo》y leia uno de los tantos y tantos libros que el Joven Mariano tenia en su recámara.  Eran fascinantes y muchos de ellos eran ediciones especiales de encuadernados hermosos.
A las 4  bajaba a la cocina y empezaba a prepar la cena, Mariano llegaba a las 7 pero me pedia que preparará platillos algo complicadoa que me tomaban tiempo.
Ponia la mesa y lo esperaba. De vez en cuando cristian me pediá que le preparará algo sencillo, ya que decia que le encantaba mi comida.
-¿ Haz visto a Sandra? - le preguntaba cada vez que podia.
Sus respuestas eran variadas :《hoy no, debe de estar en la ala este de la mansión》 《la vi salir junto con Roberto y creo que aun no llegan 》《estaba  atendiendo a Roberto  hace u  rato, estan en su alcoba》.
Por cualquier cosa nunca podia verla.
Cuando Mariano llegaba tenia que estar a su lado cuando cenaba, se levantaba e iba a su habitación a hacer tareas u otras cosas que desconozco. Me encargaba tareas absurdas: buscar tal libro en  la estanteria, traerle agua o cafe, que le planchara cierta ropa, lustratara esto,lavara aquello, alimentara a su hámster o simplemente me pedia que lo dejara solo por un rato.
Aprovechaba ese tiempo para comer algo y seguir mi búsqueda por Sandra.  Mariano se dormia por lo general a las 11, preparaba su  cama  y tenia que esperar a que el me dijera q me retirara.
Hiba a mi pequeño cuarto a un lado del suyo  y dormia. Esa era la rutina general, esta era mi nueva vida...dia tras dia.

Hasta que un dia algo cambio. Me desperte mas temprano de lo habitual al escuchar murmullos fuera de mi habitación.  -Andrea, Andrea abre por favor- ¡Era la voz de Sandra!.
Me levante lo mas rapido que pude y abri la puerta.
-¡sand...! - tapo mi boca para evitar que dijera su nombre. Sus ojos vidriosos, el rimel corrido y la mejilla algo inchada. ¿Que habia pasado?.
Antes de reaccionar entro  tirando de mi muñeca y cerro la puerta despacio. Me abrazo tan fuerte que me costaba repirar. Lloraba, lloraba como nunca la habia visto llorar. Sus lagrimas mojaban mi pijama y ella se aferraba a mi.
-Sandra, tranquila, cuentame que...
-No, no puedo Andrea, no puedo contartelo...
-Claro que puedes, soy tu mejor amiga, puedes contarme lo que sea.
Trato de prar de llorar, y hasta ese momento repare en como venia vestida. Descalza, una falda tan corta que apenas podria cubrir lo escencial, un top negro y el cabello revuelto. Tenia varias marcas en sus manos y el labio lastimado.
- Pero que..- el coraje se habia echo presente con un nudo en mi garganta -¿P-Pero que te ha hecho e-ese maldito?
No dijo nada, bajo su mirada y empezo a llorar de nuevo mientras trataba de cubrirse con las manos. No habia nada que preguntar, todo estaba mas claro que el agua, por eso decia Cristian que Roberto era "exigente".
La rodee con  mis brazos, trando de calmarla.
-Todo estara bien...
-No, no lo estara- se levanto y el panico la invadio -¡no lo va a estar! ¿¡sabes lo que me ha hecho!? ¡cosas horribles, me ha violado me ha...! - cayó de rodillas y se cubrio el rostro mientras luchaba por respirar - ¡no se suponia que sería asi! ¡No se suponia que pasaría esto!
Busque mi celular,  esto era mas que suficiente, llamaria al imbecil de Garcia.
Una, dos, cuatro, ocho llamadas perdidas hasta que al fin contesto.
- ¿Que demonios quieren?- el idiota sonaba molesto.
- ¿Que quiero? ¡Quiero que haga algo! ¡Un maldito Imbecil acaba de abusar de Sandra, y no es la primera vez! ¡Venga por nosotras que esto se acabo, RENUNCIAMOS, que esto no estaba en el contrato!
La linea quedo en silencio y una risa empezó a surgir. Si, una risa  de burla pura.
-Maldita sea ¿¡Escucho lo que acabo de decirle?! ¡renunciamos, el contrato queda anulado!
-Escucha bien maldita escuincla, el contrato no queda anulado y ustedes dos mocosas se tienen que quedar ahi, pagaron por ustedes y pueden hacer con ustedes lo que quieran.
La sangre se me helo y no podria tragar saliva
-¿Q-Q-QUE?
-lo que escuchaste, ¿creiste que alguien contrataria a alguien  al otro lado del atlantico solo para hacer quehaceres domesticos? Vaya que si eres tonta. 13,000 euros por cada una, no esta nada mal.
-Pero el contrato decia....
-¿leiste el contrato? Claro que no. Regla numero uno, no firmes nada que no sepas que es. Ahi me dabas todas  facilidades para venderte, niñita.
Colgo. Deje caer el teléfono y mire a Sandra.
-El ya me lo dijo todo, Andrea...Ya no hay escapatoria.
Y asi, sin mas,  la puerta se abrio de un golpe y entro Roberto en boxers abalanzandose sobre sandra. La tomo por un brazo y se la llevo, mientras ella gritaba y forcejeaba.
Me quede ahi parada, atonita y sin hacer nada, viendo como regresaba ahora en mi dirección.
Senti como la palma de su mano impactaba mi mejilla, con tal fuerza que me corto y cai al suelo.
-Si te vuelvo a ver cerca de ella, no seras tu quien lo sopese, si no tu "amigüita".
Se fue, no pude escuchar nada mas, el silencio lo volvia a invadir todo.
Bienvenida al infierno querida.

Convirtiendome En MaidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora