CAPITULO VIII: NARUTO UZUMAKI

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Llevo esperando unas 4 horas desde que Sakura entró a cirugía, la abuela Tsunade dijo que me avisaría cuando Sakura saliera del quirófano y su estado.
—Naruto— Ino se acerca a mí con una taza de té y un paquete de galletas. —Ten, debes comer algo.-

—Gracias Ino, pero no tengo hambre.— Le digo mirando hacia la puerta del quirófano.

—Ten— Me pone la taza de té en la mano izquierda y las galletas en la mano derecha. —Tienes que estar fuerte cuando ella salga del quirófano, ella te necesitará.— Me termina dando unas palmadas en la espalda y se marcha a seguir haciendo su trabajo.

Me siento y comienzo a tomar el té, está realmente sabroso, pruebo las galletas y puedo sentir que son de jengibre con canela.

—A Sakura le gustaría.— Digo observando la puerta del quirófano.

—¿Naruto?— Escucho la voz del padre de Sakura que está abrazando a la madre de Sakura, vienen por el pasillo. Así que me levanto de mi asiento para poder recibirlos.

—¡Señores Haruno!—

—Cariño.— Me saluda la madre se Sakura dándome un abrazo con sus ojos con lágrimas. —¿Qué fue lo que paso? ¿Se enfrentaron a algún enemigo peligroso?-

Yo me separo de ella y comienzo a observarla, sé que mi mirada puede ser muy expresiva a veces y esta es una de esas ocasiones.

—Yo… Realmente no lo sé, Sakura se separó del grupo para ir a buscar agua durante la noche y yo no la seguí porque ella estaba molesta conmigo por una broma que hice.— Pauso un momento para suspirar con pesar. —Ella no volvió esa noche… Así que en la mañana empezamos a buscarla y cuando la encontré, ella estaba herida de gravedad. La llevé al hospital de la aldea de las flores y nos refirieron acá.-

—¿Naruto ella…?- Ella no termina la frase y antes de que siga la interrumpo.

—Ella está en cirugía en estos momentos, la abuela Tsunade la está operando. Ella estará bien, es la chica más fuerte que conozco.— Le digo con seguridad a la señora Menuki. —Debemos esperar a que termine la cirugía. Tomemos asiento.— Le digo señalando los asientos cercanos a nosotros. Ellos asienten mientras la señora Mebuki seca sus lágrimas.

—Vuelvo enseguida, les traeré un poco de té. Les gustará.-

—No es necesario Naruto.— Me dice el señor Kizashi. —Siéntate con nosotros a esperarla.-

—Está bien, muchas gracias.— Le respondo y me siento junto con ellos.
Al cabo de 10 minutos de habernos sentado, aparece la abuela Tsunade por la puerta del quirófano, lleva puesta su pijama quirúrgico, su cabello amarrado en una cola alta, se ve muy diferente, ahora entiendo por qué el sabio pervertido se enamoró de ella.
—Buenas noches, señores Haruno.— Ella saluda primero a los padres de Sakura, luego me mira y también me saluda. —Hola Naruto.— Ella toma una pausa para respirar y proseguir a explicarnos la situación. —La cirugía que procedimos a realizar fue muy delicada. Sakura tenía el bazo muy dañado, parte de su estómago y de su pulmón, también perdió mucha sangre. Afortunadamente, la cirugía de reconstrucción fue un éxito, ahora todo dependerá de la voluntad de vivir de Sakura. Todo dependerá de ella… Ella quedará en la unidad de cuidados intensivos y solo podrá ingresar una persona por día para visitarla.— La abuela me observa, dándome a entender que yo tendré que esperar para verla. —Pueden turnarse.— Dice al fin para alivianar el ambiente, dónde se sembraba la duda de quién sería quién vería a Sakura primero. —Por ahora ella deberá descansar y ustedes deberían hacer lo mismo.— Ella toca su cuello con su mano derecha, haciéndose como un masaje de relajación, ella nos vuelve a mirar, pero esta vez dejando notar su cansancio. —Bueno, yo me retiro, debo hacer algunos informes. Hasta mañana.- 

PUNTO DE QUIEBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora