¿Quieres ser mi Omega? •MinWon•

Uno

Catorce días para San Valentin. Mingyu miraba con cautela la hoja de notas en sus manos temblorosas.

Pasos para conquistar a un Omega. Porque siendo beta, Mingyu no tenía oportunidad alguna de poder tocar el corazón de un omega. Se lo habían dejado muy en claro, ellos querían a un alfa que pudiera complacer y suplir todas y cada una de sus necesidades. No a un beta.

Para desdicha de Mingyu, su lobo, al parecer, nunca quiso despertar. No quiso presentarse o simplemente para él no estaba en su destino el poder llevar un olor característico más que el propio olor corporal. Sin mencionar que esta vez su incontrolable corazón había sido flechazo por uno de los Omegas más codiciados de la universidad.

Jeon Wonwoo es su nombre. El líder de la casa de fraternidad para Omegas, FTS.

Nunca ha tenido la oportunidad de acercarse a él, ¿y como? Wonwoo es tan inalcanzable y Mingyu solo era, Mingyu. Nadie se fija en los beta más que para los trabajos pesados y sucios. Ni siquiera tenían oportunidad con las propias mujeres beta, a ellas sólo les interesaba la protección del alfa.

—Hola, Min.

Mingyu rápidamente hizo bolita su nota y la guardó en el bolsillo del pantalón. La última vez que alguien se enteró que estaba enganchado por un omega había salido mal.

Lee Jihoon, un estudiante un año mayor que él. Mingyu no tenía conocimiento sobre que el omega estaba en una relación, y que su alfa era nada más y nada menos que Choi Seungcheol un jodido punk motociclista, ¡motociclista! La guerra estaba perdida. Y luego cuando su amigo Joshua le animó a que al menos lo intentara... al menos el tal Choi Seungcheol tuvo compasión del pobre beta, y no es que Mingyu no supiera usar sus puños y romper unos cuantos huesos, pero él era leal a sus principios: cero violencia.

Además no es que fuera a tratar de quitarle el omega a ese alfa, no, por el amor de Dios. Todo eso de fue antes de saber que el omega tenía a un tipo rondando día y noche a su alrededor.

—¿Qué hay, Shua?

Joshua también es un año mayor que Mingyu. Algo que ambos comparten es que él también es un beta, pero a diferencia de Mingyu, a su amigo no le interesa tratar de resaltar entre los alfa y omegas. Él parece estar demasiado cómodo con su vida, aparentemente, normal.

—¿Conoces a Boo Seungkwan?

—¿El chico de nuevo ingreso? ¿El beta?.— inquirió Mingyu mirando al alumnado pasar a un lado de ellos sin siquiera darles un vistazo. No había muchos beta en el mundo y era como un tipo de norma o algo por el estilo tener conocimiento sobre otros.

—Hum.— asintió Joshua.

—¿Qué pasó con él?.— instó después de unos segundos de silencio. Porque su amigo no diría nada a menos que preguntaras tu mismo.

—No lo supiste de mi.— dijo Joshua con un tono de emoción. Mingyu rodó los ojos, su amigo era un chismoso de primera.— Pero una amiga de él le contó a un conocido que le contó a un amigo que me contó a mi que el chico entró en una especie de celo tardío en medio de una reunión familiar. Es por eso que ha faltado estos días a clases.

—¿Estás seguro? No habrá solamente enfermado de fiebre o algo así.

—No, no. Mis fuentes son cien por ciento confiables. El chico estaba en plena reunión cuando comenzó a sentirse mal, acalorado. Todos pensaron que enfermería de gripe, pero luego los alfa cercanos comenzaron a notar un nuevo aroma. El pobre chico empezó a sudar y restregarse mientras llamaba a algún alfa que le ayudara.

—Debió pasarla mal.— dijo pensativo Mingyu, perdido en su burbuja de pensamientos.

—Ni que lo digas. La reunión se canceló y corrieron a todos los alfa que no estaban emparejados. El primer celo siempre activa reacción en los alfa aunque sean de la misma sangre, y eso es una mierda porque también un celo tardío es mucho más fuerte que una presentación del segundo sexo a temprana edad.