Capitulo IV: Detective Consultor.

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-He conocido al Maestro toda mi vida- La mirada del Doctor se convirtió en una un tanto nostálgica. Percatándose de lo evidente que era su pesar, opto por mejor sonreír.- Y ansió verlo una vez más.

Loki no sabia a lo que el extraño hombre se refería.

Se tenía que concebir un plan, y uno cauteloso. Analizando sus opciones lentamente, se dio cuenta de que no tenía muchas.

"Engañar al Doctor no servirá, el hombre sabe muchas cosas y su retención mental es alucinante. Mi juicio hacía él tal vez no sea del todo acertado, pero es un ser de muchas vidas, por lo tanto es uno de conocimiento. Escapar seria una idiotez, no podría pasar desapercibido, no sin magia, la cual llamaría la atención de Thor. El Doctor tiene tratos con El Maestro..."

- ¡¡Loki!!- un grito derrumbo los pensamientos que dentro de su mente se formaban cual bloques. Lo llamaba su colega.

Loki fue acercándose lentamente a la Tardis, una vez dentro, El Doctor le pidió cerrara la puerta.

- ¿Pasa algo, Doctor?- preguntó con aseo el dios.

- Necesitamos llegar a Londres de inmediato.- el Doctor movía sus largas piernas de un lado al otro, apretando botones y ajustando coordenadas.

- ¿Londres? No. Thor me encontrara en esas tierras, no puedo exponerme de esa manera.

- Nadie te encontrara mientras estés conmigo. Ahora, manos a la obra, conozco a alguien en "esas tierras" que puede ayudarnos.

* *

*

Las calles de el centro de Londres se encontraban concurridas. Los mares de gente se dispersaban para abrirle el paso a dos hombres que corrían contra la corriente. El hombre mas alto, de cabello oscuro y rizado, corría ágilmente. Su saco negro volaba contra el viento. El segundo hombre era mas bajo, rubio, menos delgado y daba la impresión de que le costaba seguir el paso a su amigo.

El espacio peatonal estaba llegando a su fin. Saltar la orilla de la acera era ya imposible, pues el semáforo les había jugado es su contra. Los autos pasaban a una velocidad considerable, y el hombre alto de pelo oscuro miraba escrupulosamente la barrera de peatones que yacían sobre la acera contraria. Su aliento estaba llegando a su normalidad y el corazón había desacelerado. Lo habían perdido.

- ¡Sherlock!- gritó el hombre rubio desacelerando su paso mientras se acercaba.

- ¡Demonios! - Sherlock giraba su cabeza en todas direcciones. Su mueca abierta y su ceño fruncido revelaban su enojo. Golpeó su puño derecho contra la palma de su mano izquierda.

- Sherlock ¿podrías explicarme qué demonios fue eso?- la voz de el hombre se escuchaba rígida y rasposa, aun no recuperaba del todo el aire.

La gente empezó a avanzar de nuevo y Sherlock comenzó a caminar.

- Lo tenía tan cerca, John- su amigo colega seguía sin comprender. Al ver la cara de desconcierto de John, Sherlock entorno los ojos con exasperación.- ¡El hombre, John! El hombre que estaba siguiendo no era uno normal...

- ¿A que te refieres con eso?- A Watson le preocupaba que a un hombre cómo Sherlock le llegara a llamar la atención otro. Eso era casi imposible. Rara era la vez que Sherlock Holmes se sentía intrigado por alguien o algo.
Ese brillo en sus ojos y esa euforia repentina nacían únicamente con el misterio de un enigma.

- Ese "hombre"...- Holmes hizo énfasis en la ultima palabra- ... no es un ser humano.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2017 ⏰

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El Señor Del Tiempo, El Dios De La Malicia, Y el  Criminal de Consulta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora