ME sobresalté cuando algo frío y húmedo me golpeó en la cara. Era agua.«¿Qué cojones?»
Me limpié el rostro con las manos y entrecerré los ojos para intentar adaptarme a la luz matutina que se filtraba por las cortinas.
La cabeza me dolía horrores. Tardé unos segundos en percatarme de que estaba en la habitación del hotel.
Estaba más que preparado para matar a quién me había despertado de aquellas maneras, pero cuando vi de quién se trataba, me limité a fruncir el ceño.
Frente a mí, se hallaba Xavi; el entrenador del equipo, con un vaso de vidrio en una mano y una revista en la otra.
—¿Qué pasa? —mascullé con voz soñolienta.
Xavi tenía cara de pocos amigos. Sus ojos oscuros me miraban con desaprobación.
Sin responderme, Xavi me tiró la revista y ésta impactó en mi regazo.
—Eso pasa —dijo Xavi, cruzándose de brazos.
No entendía una puta mierda. Cogí la revista y, al ver el titular, maldije en voz baja. En la portada había una foto mía con una chica rubia, más o menos de mi edad. No pude evitar fijarme en lo guapa que era. Ambos estábamos subidos en un coche y muy cerca el uno del otro.
En letras grandes, el titular decía: MARC GUIU Y SU MISTERIOSA NOVIA.
Abrí la boca, atónito.
—¿Qué ha pasado? —murmuré—. ¿Por qué no me acuerdo de nada de anoche?
Xavi bufó.
—Lo que ha pasado es que otra vez estás en la portada de una revista por una de tus tonterías —dijo Xavi, sin ocultar su enfado—. No necesitas estar en otra polémica, Marc.
—Pero yo no sé quién es esta chica —protesté, señalando la foto—. No me acuerdo de nada de anoche.
—Contigo siempre es lo mismo. Sales, bebes demasiado y luego haces estupideces. ¿Sabes lo que cuesta manejar las consecuencias de tus actos? No solo para ti, sino para todo el equipo. Tienes que empezar a comportarte como un adulto, joder.
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Tres Meses A Tu Lado
FanfictionMarc Guiu Paz, una estrella del FC Barcelona, está en la cima de su carrera, disfrutando del éxito y la fama que el mundo del fútbol le ofrece. Naia Castro Rodríguez, en cambio, es una escritora de novelas románticas que lucha por encontrar su luga...