¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝘊𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝟥 ______________ ¿𝙌𝙪𝙚́ 𝙘𝙖𝙧𝙖𝙟𝙤 𝙚𝙧𝙚𝙨?
–Carajo... –patee uno de los botes de basura que estaban ahí, con demasiada frustración.
Decidí entrar de nuevo al club, tal vez sus guardaespaldas sepan algo.
–Llamemos a la policía y vámonos, Jace –murmullo la voz sexy.
–No hemos comprobado si quiera si están muertos, Alec –respondió el rubio.
Con qué el chico lindo se llama Alec...
Lindo nombre. Lindo chico.
–No están muertos, están dormidos –informe, entrando por completo a la habitación.
El chico rubio que al parecer se llama Jace, se giró a verme incrédulo.
–¿Tu, los noqueaste? –preguntó con un tono igual de incrédulo.
–No, los dormí.
–¿Y eso que diferencia tiene, mundano? –mascullo, Alec.
–Mucha, noquear es cuando se deja inconsciente a alguien de un golpe y dormir es cuando se esta en un estado de reposo sin agresión –termine con una sonrisa. Annabeth estaría orgullosa de mi.
Jace contuvo un risa pero en sus ojos se puede ver lo divertido que le parece el momento. Alec en cambio, parece más irritado.
–Si no los agrediste, ¿entonces qué? ¿Les dijiste que se durmieran y se durmieron? –preguntó, mordaz.
–Algo así.
Alec rodó los ojos pero esta vez ya no replico.
–Solo dejemos a estos mundanos aquí y regresemos a nuestra misión –dijo Alec viendo a Jace con cansancio.
Jace miro a Alec y después a mi, deteniéndose más de lo normal en mi. Su profunda mirada estaba empezando a incomodarme.
–Si te preguntas que tinte es, lamento decirte que es rubio natural –bromeó para alejar la incomodidad de mi cuerpo.
Jace rueda los ojos.
–Yo también soy rubio natural, mundano.
Lo miro y entrecierro los ojos.
Mmm no creo. Pero decido cerrar mi boca. Parece ser un tema sensible para su ego.
