traté de escribir tu nombre en la lluvia, pero como nunca llovió, lo hice en el sol.
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entonces juan no se aparta, aferra sus manos entrelazadas detrás del cuello de spreen y suelta pequeños suspiros mientras sus labios son mordidos.
spreen ha perdido la razón, su corazón está latiendo demasiado rápido y sus manos se encuentran temblando mientras trata de acercarlas al cuerpo de juan.
no está muy seguro de si el castaño quiere eso en realidad, se siente miserable y por un momento piensa que ha arruinado su amistad con el contrario.
hasta que él se acerca más hacia su anatomía y recarga a spreen contra la pared.
-bésame, spreen.
y es todo lo que hace falta para que vuelva en sí y coma de la boca de juan.
es mucho mejor de como se lo había imaginado, el sabor a cacao está impregnado en sus labios, son suaves y tienen la carne justa para que spreen pueda tirar de ellos con sus dientes, enviando cargas electrizantes a todo su cuerpo.
el olor de juan lo tiene mareado, él se siente mareado, tan mareado que aún piensa que eso no puede estar sucediendo de verdad, pero cuando las manos del menor dan un tirón en su cabello y hay un poco de dolor, piensa que es demasiado afortunado.
sus manos temblorosas se dirigen a la cadera de juan, presionando sus pulgares en ella, lo suficientemente fuerte como para que el chico suelte un pequeño jadeo contra sus labios.
spreen tiene los ojos cerrados y ni siquiera se dió cuenta de cuándo los cerró, tal vez fue en el momento en que ambas bocas colisionaron. no lo sabe.
la cadera de juan es blanda a su tacto, más los pequeños arrimones que da contra su pelvis no son gentiles, parecen desesperados.
-¿estás seguro de esto?- logra murmurar, en medio de un beso.
pero por un momento todo lo que obtiene como respuesta es un beso sucio, brusco y demandante por parte del pequeño. y spreen se deja, porque ha esperado tanto tiempo para poseer esos labios que se mueven demasiado bien contra los suyos.
suelta pequeños suspiros que son consumidos por la boca del contrario, su lengua se enreda con la suya, ya no tiene idea de si la saliva que siente en su lengua es suya o de juan.
no le importa, no tendría por qué hacerlo.
-he esperado tanto tiempo por esto, no tienes derecho a preguntarme.
-¿y rubius?- logra interrogar.
pero juan sólo sonríe contra sus labios, para después pasar a dar un tirón doloroso con sus dientes.
-¿en serio creías que rubius era mi novio? spreen, eres tan idiota que no te diste cuenta que sólo era para darte celos- murmura el chico antes de volver a atacar la boca del mayor.
y entonces todo tiene sentido para spreen, que juan nunca llamara a rubius, que el chico no lo visitara a menudo, que nunca haya presenciado un beso. y spreen se siente tan mal por no haberse dado cuenta antes, tal vez solo estaba demasiado cegado por pensar que no tendría oportunidad con juan.
juan toma las manos de spreen y las dirige hacia su trasero, donde lo impulsa a tomarlo con ellas, estrujarlo hasta que un gemido débil se escapa de sus labios.
el movimiento de la entrepierna de spreen contra la de juan ha comenzado a ser más desesperado, entonces spreen reacciona, abre los ojos y levanta a juan con sus manos y haciendo que el chico enrede sus piernas en su cadera.
ambos están desesperados por sentir al otro.
él se pierde un momento en los orbes oscuros de juan, están más brillantes que nunca y sus mejillas están sonrosadas, sus labios están hinchados y una sonrisa floja está instalada en ellos.
-eres un idiota, spreen
spreen camina sosteniéndose como puede contra la pared para no caerse con el chico en brazos, no puede permitírselo, no cuando su entrepierna palpita tan horrible, deseosa de liberarse.
pero lamentablemente resbalan antes de llegar a la puerta de la habitación, juan cae arriba de spreen, dirigiendo sus labios de inmediato hacia los del mayor, sintiendo el frío piso contra sus piernas.
-debo llevarte- murmura.
-no quiero, hagámoslo aquí- susurra juan, de manera encantadora.
y spreen no le da muchas vueltas al asunto, desabrocha su pantalón, con el contrario inclinado para permitirle sacárselo hasta las rodillas.
sus manos temblorosas se dirigen hacia el trasero de juan, donde baja sus bragas un poco, lo suficiente para que su entrada quede libre.
spreen ve estrellas cuando juan ensaliva su mano y la dirige hacia su entrada, luciendo tan malditamente bien mientras se abre paso en su entrada con unos dedos ajenos.
-tómame, puedo resistirlo.
-pero...-trata de replicar, ya es demasiado tarde, juan se encuentra alineando el miembro erecto de spreen contra su entrada.
toma la cadera de juan con sus manos, apretando firme mientras siente las paredes abrazando su miembro de a poco. hay lágrimas en los ojos de juan, pero a ninguno les importa, ambos lo han querido desde hace mucho tiempo.
es un vaivén ligero hasta que él menor se acostumbra a la intromisión en su trasero, y cuando juan salta es cuando spreen ve la pequeña faldita menearse de aquí para allá.
y sí, spreen ama que juan tenga problemas paternales.
