Capítulo 5 | La traición

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La pelimorada había estado teniendo algunos problemas, desde que Ben y ella decidieron que cuando las cosas en Auradon comenzarán a mejorar retomarian su relación, no querían tirar esos dos años a la basura como si no fueran nada, porque les había costado ser felices, y mucho.

Ambos habían estado hablando sobre si era buena idea o no volver a encerrar a los villanos, habían hecho un pacto con ellos, pero también tenían que proteger su reino. No querían tener problemas con ninguno de los 2 lados... Pero, un rey y una reina deben arriesgarse en sus decisiones, y a veces todo trae sus consecuencias, ya sean buenas o malas.

La chica aún estaba indecisa, ya habían pasado dos semanas desde que Aziz la había llamado mounstro sin alma, se sentía terriblemente mal, pero debía tomar muy en serio su lugar como la posible novia del rey de auradon, y autoridad de toda una nación con 8 regiones.

Para todos, Ben era su salvación, y debía tomar una decisión sobre ambos reinos cuanto antes, buscando lo mejor para ambos... No era fácil, pero es el labor de un rey hacia su pueblo.

—¿y bien?, rey Ben, ¿Ha pensado lo que dijimos?—Preguntó Estefan y todos dirigieron su mirada a el joven rey

Ben se recargó en su asiento y miro a cada uno en esa habitación, cada uno tenía una expresión diferente ante la situación, e incluso los chicos que alguna vez lucharon junto a Mal por abrir la barrera ahora estaban apoyando el plan de volverla a cerrar, todos estaban cambiando. O mejor dicho, las circunstancias los hacían hacerlo. El Rey decidió tomar la palabra y todos lo miraron con atención al verlo levantarse de su asiento.

—He estado pensando... Y... Tenemos que detener primero a el dragón en Camelot, antes de tomar otra decisión arriesgada—Ben dirigió su mirada hacia Merlín, Arturo y Artie—. Hagan lo posible, pero no dañen el dragón.

Todos se miraron, él le habia prometido a su chica, que no lastimarian el dragón, porque ese dragón podría ser Maléfica.

—Está bien, Rey Ben—Artur salió de la habitación con Merlín y Artie para irse a Camelot donde buscarían una manera de atrapar el dragón sin lastimarlo.

—¿y sobre la barrera?—el hada madrina se hizo oir ante el silencio sepulcral que se había formado cuando el Rey de Camelot se fue, el joven rey dirigió su mirada hacia el hada y prosiguió a hablar

—He hablado con Mal sobre esto—Comenzó a decir, pero fue interrumpido por Chad

—Creí que tu y Mal ya no estaban juntos—dijo Chad confundido

—Bueno, pasaron algunas cosas que no tengo porque explicarles frente a la corte—dijo Ben mirando a cada uno y desvió su mirada hacia la isla—. Como decía, hemos pensado que sera mejor primero detener el dragón, y después... Tal vez cerrar la barrera

—Hijo, te lo dije el día que abrieron la barrera, esto seria una locura—dijo Adam finalmente rompiendo su silencio

—Tu padre tiene razón, Ben—Audrey se hizo oír y Ben los miro

—Aún así... —Respondio Ben—. Ambos lugares son mi pueblo.

En eso Ben tenía razón, ambos lugares eran sus reinos, estaban bajo el dominio de él y de Mal, por lo tanto si hacían algo mal, toda la furia de ambos reinos caería sobre ellos, por eso no debían precipitarse a cualquier decisión ante este caso tan delicado que estaban pasando. No era algo que se pudiera tomar a la ligera.

Ben suspiro cansado y todos se miraron, habían tratado de convencer de todas maneras a el Rey, él había cumplido su sueño y ahora querían quitárselo... El sueño de su vida...

Pero tal parecía que todos estaban acostumbrados a destruir sueños, tal parecía que su sueño no sería una excepción esta vez, habían destruido el de su amada, y ahora estaban arrasando con el de él, ¿¡Acaso auradon podría llegar a ser tan cruel!?

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