Viviendo debajo de una roca. Chapter two 𝜗𝜚 Another History
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Chanel jamás se había sentido acobardada por algún tema, siempre había dado la cara en todo momento y entregaba lo mejor de sí misma en cualquier circunstancia, puesto a que perder nunca era la respuesta. Por lo que, al recibir ese reto por parte de su amigo Joey, no importaría si el chico comiera patos o sapos, ella iba a enamorarlo sin importar cuánto le costara.
Su investigación comenzó ese mismo día al poner un pie en su casa. Fue a pasos rápidos y sigilosos pero no lo suficiente para que su padre la reprendiera por correr por la casa, cosa que odiaba. Pidiendo disculpas abrió la puerta de su habitación, tomando asiento en su grande cama rosada, buscó su computadora en su tocador el cual estaba lleno de fotos con su mejor amiga, su familia y de uno que otro crush del momento.
Blanchet podía jurar que tenía una memoria increíble, nunca nada lo olvidaba, ¿pero el nombre del come patos? no lo recordaba en absoluto. Intentó hacer memoria sobre su día, recordando que alguno de sus amigos le habían dicho el nombre del chico. Sin embargo, seguidamente tuvo que aceptar que no recordaba su nombre aunque lo intentara.
Rodó los ojos sintiéndose derrotada, pues cómo lograría enamorar al chico sin siquiera saber su nombre o qué era lo que le gustaba... si es que algo le gustaba; al menos sabía que le gustaba comer patos.
De manera inesperada empezó a caminar intensamente de una esquina de su cuarto hasta la otra esquina. No sabía qué podía estar haciendo el chico, tal vez, ¿jugando algún deporte? no, no parecía ser de los chicos que pasaban todo el día con una pelota corriendo; ¿tocando algún instrumento? seguramente terminaría destrozándolo; ¿cocinando? ¿pues para qué? si hasta comía patos.
Chanel volvió a rodar los ojos mientras resoplaba echándose a su cama, casi derrotada pero al recordar que su orgullo estaba en juego no podía rendirse, aquello no podía ser una opción.
Decidiendo que lo mejor sería ir por un paseo por las calles de Seattle, algo que no solía hacer muy seguido pero en momentos como ese donde solo necesitaba respirar un rato, caminar era la mejor opción.
En su camino veía las tiendas desde afuera, algunas de maquillaje, otras de ropa y luego otras de instrumentos... ¿era ese el come patos?
Iba caminando sin pensar mucho en su alrededor, pero al ver al come patos dentro de la tienda de instrumentos junto a una guitarra eléctrica en sus manos, frunció el ceño sin creer que de verdad tocaba un instrumento y no lo estaba destrozando.
Sin saber exactamente qué haría, fue hasta la puerta de vidrio de la tienda y miró a las personas dentro de ella con una mueca de asco. La mayoría estaban vestidos como rockeros fallidos al parecer de Chanel, lo cual le parecía totalmente patético. Sin mirarlos más comenzó su camino al chico de rulos que estaba sumergido en su guitarra eléctrica.
