Mala idea, mala idea

33 13 2
                                    

☆Han☆

("Walking on a dream"- Empire of the Sun)

-Entonces, ¿Todos forman una familia y ya?- Escuche decir a Minho mientras veíamos el final de la última película de Harry Potter.- Creo que lloraré. Además de que hicieron a Draco muy viejo, parece Bangchan.

Llevábamos horas sentados en el sillón de la sala solo viendo las películas con sus gatitos a un lado que dormían muy cómodamente.

Solté una risa ante su comentario y negué mientras sonreía.

-Mmm...

-¿Qué pasa, Hannie? ¿Estás admirando mi belleza?

Quisieras.

-Estoy analizando en cuál casa de Howarts estarías...

-Mientras lo piensas yo empezaré a cocinar. Seguro ya tienes hambre al igual que yo.

Me quede pensado durante unos minutos, pero no lograba llegar a ningún resultado y decidí rendirme en mi análisis.

-Me rindo. Tienes una personalidad muy complicada.- Dije mientras me recargaba en el respaldo del sillón.

-¿Perdona? Yo no tengo personalidad complicada. - Contestó desde la cocina con una ceja alzada.

-Claro, y yo no soy Gay.- solté de repente causando que Minho riera mientras mezclaba ingredientes.

Podía ver cómo él cocinaba; gracias a que había una pequeña barra en la cocina que daba una gran vista a ella sin importar en dónde estuvieras.

-¿Aún no puedes comer cosas picantes?- Preguntó Minho mientras veía con atención uno de sus ingredientes que era de un color rojo obscuro que gritaba "Te haré sentir el infierno en tu boca si me comes".

-Dios, no. Aún no estoy acostumbrado a comer comida picante como tú, pero puedo soportarlo.

-Muy bien... aún así solo le pondré un poco. No quiero que estes muriendo en un rato.-

Mala idea...

Una hora después estaba en el comedor con los ojos llorosos y con pocas posibilidades de formular una oración, y seguro que mi cara estaba completamente roja.

-¡Le... pusiste un bote... entero de picante! - decía con dificultad.

-¡Solo le puse una cucharada! No creí que sería tan malo.- Minho estaba como loco en la cocina buscando un vaso en el cual pudiera servirme algo de leche fría para calmar el picor de la comida.- Aquí tienes...

-Gracias...- la bebí rápidamente y así calmando un poco el ardor en mi boca.- Dejando de lado esto... todo está delicioso... aah.. que horrible se siente.

Minho río un poco y por mi parte le dejé todo el Tteokbokki que no había comido por lo picantes que eran y él los comió sin queja alguna.

Maldito estomago de acero.

-Por poco y muero.

-¡Y dices que el dramático soy yo!

-¡Lo eres!

-¡Claro que no!-

Y así seguimos una pequeña pelea sobre quién era el dramático de los dos hasta que decidimos seguir comiendo y charlando sobre cosas que solo nosotros le encontrábamos algún sentido a ellas.

Cuando las estrellas salen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora