Roto por siempre

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                                  ☆¿? ☆

("I'm still standing" - Elton John)

Días antes de combate

-Chan... te digo que no puedo hacer eso. Sabes muy bien que no me gusta mezclar "eso" con "eso". - le dije a aquel chico que se encontraba frente a mi escritorio.

-¿Puedes dejar de usar solo la palabra "eso"? Nadie nos escucha ahora mismo. Mira, de verdad necesitamos alguien que se encargue de eso... nuestros combates están muy cerca y si alguno de nosotros nos llegamos a lastimar antes de eso, no podremos pelear... - me dijo con desesperación y preocupación... no me gustaba verlo así, pero no debía aceptar su oferta.

-Mmm... lo pensaré. Solo dame tiempo, pero me deberé de presentar formalmente, no dire que tengo algún tipo de relación contigo, ni nada como eso. ¿Lo entiendes? -

No podía creer que lo estaba pensando... desde que comencé mi trabajo como profesional... jamás. De verdad, jamás me ha gustado relacionar el trabajo con cualquier tipo de relación. Hasta que conocí a Bang y ahora me está pidiendo trabajar en un el gimnasio de su amigo como fisioterapeuta...

No sé si aceptar o no... ¿será conveniente?

☆ Han☆

El combate seguía en pie. Parecía que ninguno se daría por vencido. Los golpes del contrincante solo habían acertado unas pocas veces en Minho. Eso me calmaba un poco más...

Sin embargo, algo cambió en la sexta ronda.

Llamen a una ambulancia. De verdad háganlo.

Justo cuando sonó la campanita para iniciar el sexto asalto y Minho estaba a punto de dedicarme la misma sonrisita que las demás veces... el de azul le dijo algo desde el otro lado del ring y se ganó una mirada gélida de Minho

Esa vez, no me volvió a mirar antes de ponerse la protección de los dientes y meterse en el combate otra vez.

—¿Qué le ha dicho? —pregunté a Suho cuando volvió a sentarse a mi lado.

Era obvio que Minho no iba a atacarlo directamente, pero hasta ahora no había tenido los hombros tan tensos.

—¿Y bien? —insistí a Suho cuando él fingió no haberme oído.

Él me miró un momento, incómodo, y me dio la sensación que se le teñían ligeramente las orejas de rojo.

—Está provocándolo -concluyó.

—¿Provocándolo? ¿Es suicida o qué?

Una persona debería de estar muy desquiciada como para querer provocarlo... esto acabaría mal, muy mal.

Bangchan sonrió, divertido, y sacudió la cabeza desde la silla en la que estaba sentado.

—Supongo que su entrenador le ha dicho que no empiece a pelear de verdad hasta que Minho lo haga, y quiere provocarlo para empezar cuanto antes.

—Pues que imbécil.

—En eso estamos de acuerdo —me aseguró.

Apreté un poco los labios cuando Lee se colocó delante de él, como en cada ronda. Y el otro le dijo algo en voz baja con una sonrisita que no me gustó.

Cuando las estrellas salen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora