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Me levanté asustada, había tenido una pesadilla como todas las mañanas y a la misma hora.
7:28
Me levanté de la cama y me dirigí al baño, me lave la cara, los dientes y las manos. Bajé hacia la cocina y me encontré con Axel.
Desde aquella noche no nos hemos vuelto a dirigir la palabra, quizás por vergüenza a lo que pasó.
Me dirigí a la nevera y recogí mi botella de agua.
Habia quedado con mi hermana para pasar el día en su casa, de paso también hablaríamos sobre aquella noche, en la que Axel y yo nos besamos.
Me largué de la cocina y fui directa a la puerta de la salida. Estaba lista para ver a mi hermana.
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- Deberías hablarlo con él.- Mi hermana preparaba una taza de té mientras hablábamos sobre aquella noche.
- No podemos ni mirarnos sin sentir vergüenza.-Mire mi taza de té - puede que no me ame y lo diga de broma, como siempre.-
- Que tu vida amorosa sea lo peor que has podido tener no significa que Axel te esté mintiendo, él no es como Boris.- Se sentó a mi lado y dejó su taza en la mesa.
Nos quedamos hablando sobre el tema toda la noche, Axel me gustaba desde hace un año y había empezado a tener citas con chicos para poder enamorarme de alguien que no fuera él.
Jamás le he confesado mis sentimientos por miedo al rechazo.
Había logrado salir con un chico por tan solo unos tres meses, pero tuvimos que dejar la relación al enterarme que me puso los cuernos con su mejor amiga.
Siempre decía que cupido estaba jugando con mi corazón, por qué quizás el amor no era para mí o todavía no estaba preparada para amar a una persona por tanto tiempo.
Pero con Axel era distinto.
Él siempre me había tratado como nunca nadie lo hizo.
- Bueno, cuando vuelvas a tu casa quiero que me llames para saber que has llegado sana y salva.- Mi hermana me dio un abrazo. Por primera vez.
