Pretendiendo que pretendo.

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¿Estás por la aventura, o lo qué quieres es tomar otro tipo de avenida para llegar a un lugar completamente diferente, conmigo?...
Es una pregunta que me hago una y otra vez al ver sus ojitos.
Y mientras más la veo, más caigo en tentación de enamorarme, pero a la par de tentarme al enamoramiento más me cuestiono si ella se está enamorando o infatuando sea de mi misteriosa causa o de mi forma en la que me presento ante ella...

Al principio me negaba a la idea de permitirle a alguien más caer por mí dentro de los lazos del amor, no obstante, al observar su corazón a través de su mirar, más me daba cuenta de cuánto necesitaba encontrar consuelo en alma así tal cuál cómo la de ella, y, aún me niego a decirle ese rotundo "Sí" a un amor de esta fuerza, mas, no puedo agradecer tan siquiera ésta sensación, pues, mientras más quiero hacer la sensación totalmente mía y enamorarme a cómo dé lugar de esa alma enfrascada en recipiente tan increíblemente bello, sé que, este tiempo no corre a mi favor, y que, cualquier paso en falso, puede hacerme perder todo lo que he ganado haciendo todo lo que he hecho todo este milenio.

Ya corrí por ella, ya lloré por ella, ya derramé suficientes bebidas en mis sacos que aún no se secan después de la lavada de anoche, tengo demasiadas tandas de ropa qué hacer, y aún no me encargo de borrar ese labial que por error se impregnó en el cuello de mi camisa cuando intenté alejarla de besarme e invitarme a ese lugubre lugar que ustedes llaman cama; y que, indiferente de cuánto intente, no lo logro quitar, no lo puedo quitar, es más, ya ni sé si quiero quitarlo. Digo, no quiero pasar por casanovas caza-conquistas donjuan enamorador edición cien mil, paseándome por las calles con cuello que me recuerda la primera vez que un acontecimiento de este tipo me sucedía, con una mujer que tiene un exponente sinigual, mas... por alguna razón... Me causa confort sentirla, sin importar de la forma que fuese, conmigo por más que no estemos en el mismo recinto juntos.

Divago...

No quería y aún no quiero deshacerme de su color y aroma, pero sé que es lo mejor a hacer una vez que haya abierto esta caja que me tiene con las canas rojas.

Una y otra, y otra vez pienso que fue un error haber aceptado ésta misión, y haber venido aquí a hacer lo que sea que esté haciendo en este lugar.

En este entorno no me siento yo, no me siento bien, no me siento ser, pero, desde que se disculpó y me pidió reponer uno de los sacos que estoy lavando, y lavarlo en su casa cómo compensación, desde entonces siento que tengo un lugar al que llegar cuando vuelva (si es que vuelvo), que, por una vez en mi mísera larga vida, tengo alguien a quien volver.

Ella en su desconocimiento pensará que sólo soy nuevo en este pueblo buscando un poco de cercanía a qué sé yo, ¿Lo que llaman trabajo o familia aquí?, o que tal vez estoy intentando huir de cualquier aquel lugar que me hizo algún tipo de equivocaciones o daño encima, pero...
Pero yo me encuentro aquí haciendo pases con lo que ustedes creen que haría las jugadas de jefe en mi vida....... ¿Un tipo de dios cósmico que me posicionó, o un viaje hecho travesía que me desenvuelve en puesto tan abstracto cómo el presente?...
Yo estoy por qué alguien más quiso que estuviera aquí, mas me estoy quedando más de lo que antes he hecho en cualquier lugar pues el titilar de esa luz ambiental de ese lugar tan incómodo cómo lo son barras de licor con mucha gente aglomerada cerca; encima de ella, la hace ver tan hermosa, que, me fascino con la idea de verle una y otra vez allí, bajo ese techo, con esa luz perpendicular con la puerta que la ve llegar, con ese hombre flacuchento con aires a enfermo y ese joven pupilo que le hace sombra cuál cachorro sigue a padre detrás de dicha barra, ofreciendo bebidas cómo si fueran una comodidad, ese escenario, no me lo puedo quitar de la cabeza, no por lo que sucede a nuestro alrededor, sino por lo que pasa entre nosotros.
Ese titilar de esa luz, reflejada en sus ojos color avellana y en su sedoso hilar de cabellos reposando sobre su hombro izquierdo, y ese intento de beso que me dejó en medio de una velada incómoda restregando mi camisa más vieja, con un jabón que huele a juego de sábanas nuevo... Créanme que eso es lo menos que quiero...
Permitirme caer en tentación y ser yo después quién quiera robarle un beso a ella, y botar todas las medallas y galardones que he conseguido después de tanto esfuerzo y tiempo...
No saben cuán altas son mis ganas de correr el posterior de mis dedos por su mentoncito, y acercarme y besarle ese beso no besado.
Pero...
¿Será esto un juego de gato y ratón para ella, o querrá ella ver todo esto con mirada nueva si le revelase mi condena?...

Un Vago Abunda Mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora