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El sol se asoma, los pájaros cantan o bueno eso hacían hasta que llegó la lluvia, una lluvia feroz. El castaño bajó a desayunar, se encontró con su madre la cual estaba recostada viendo la tele.

― Buenos días mamá.

― Buenos días Fallo ¿Cómo dormiste?

― Bien, ven te ayudo a hacer el desayuno. ― El castaño y la pelinegra se dirigieron a la cocina, iban a preparar unos ricos hot cakes.

El castaño se lavó las manos y se puso un delantal para no ensuciarse, empezaron partiendo un huevo y lo echaron en la licuadora, después agregaron 3/4 de una taza de leche, luego echaron una taza de harina y por último 10gr de mantequilla.
Pusieron la tapa de la licuadora e hicieron la mezcla, la peli negra echo un poco de mantequilla en el sartén y lo puso a fuego bajo. No pasó mucho hasta que el castaño vertió la mezcla en el sartén.

El aroma era delicioso, de pronto se escucharon pasos, decidieron ignorarlos ya que el padre de Fallo y Magma seguían arriba, por lo cual podría ser cualquiera de los dos.

El pelirrojo bajo las escaleras y se asomó a la cocina, encontrando en esta al castaño y a la pelinegra.

― Vengo en un momento. ― Habló el de orbes blancos. Aquel chico iba saliendo de la cocina cuando se topó con el de orbes negros. ― Ya te despertaste.

― Seh, si quieres te puedo ayudar. ― Sugirió el mayor.

― No es necesario, ya terminamos. Yo sólo me voy a bañar. ― Comentó y se fue hacia la planta alta.

El pelirrojo decidió echar un vistazo al comedor, al parecer el desayuno ya había sido servido, con algo de pena se acercó a aquella mesa.

― Buenos días.

― Oh buenos días ¿Cómo dormiste?

― Bien, gracias por preguntar.

El pelirrojo charló durante un corto rato hasta que llegó el castaño, estaba empapado.

― ¿Por qué no se sientan a desayunar? Cuando terminen los llevaré a la universidad.

― Si, muchas gracias señora.

El pelirrojo se sentó al lado de la madre del castaño, le daba cierta pena estar ahí.

El desayuno transcurrió con normalidad, una vez que terminaron de comer el castaño recogió todos los platos de la mesa y fue hacía el fregadero a lavarlos. El castaño se veía concentrado en lo que hacía, sintió que algo cochó con su codo; volteó a ver a el pelirrojo, le estaba ayudando y haciendo compañía. Rato después de haber terminado acompaño a la pelinegra y al de orbes blancos hacía su carro para que pudiera llevarlos a la universidad.

El camino fue corto pero divertido, hizo una carrera con gotas de lluvia y contó los autos pasar, vió varios árboles, casas que parecían sacadas de una película, gatos, mapaches, un señor robándose una ventana. Lo típico de Latinoamérica.

Su destino había llegado y ambos se bajaron del carro. El castaño se despidió de su madre dándole un beso en la mejilla.- Nos vemos luego.- Se despidió la pelinegra. El castaño había dicho que iba a adelantar, Magma sólo se quedó observando a como el carro se iba alejando. Sintió una sensación de vacío invadir su cuerpo.

Esto se le hacía raro al castaño, nunca había esto desde lo que había pasado con ella.

El chico volteó y vió que el más alto se acercaba. Por fin aquella estúpida sensación se desvaneció, siguió al pelirrojo y cada uno fue a su respectivo asiento. Sentado al lado del castaño se encontraba el chico de orbes amarillos, Silencio.

🌟El vestido de maid🌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora