Las manecillas del reloj no paraban de avanzar; Magma y Emi planificaban la declaración de amor para Fallo.
Ellos estaban en el salón, ya que —según los que les dijeron— si el maestro no llega en 15 minutos se pueden ir, sin embargo, ese tiempo decidieron aprovecharlo. El pelirrojo se la pasaba tratando de añadir sus ideas en el plan; unas eran más extrañas que otras pero se justificaba porque, decía él, nunca se había declarado.
En teoría debía ser fácil ¿no? Pues no para ellos.
Cada cierto tiempo se originaba una discusión, que si su plan era tonto, que no le gustaba esa parte, que tal vez no era gay, entre un montón de excusas más. El de suéter no estaba muy de acuerdo, que digamos, con las ideas de la chica de mechones celestes.
— Magma, es muy simple. Solo tienes que darle el maldito obsequio y decirle todo lo que sientes; esta vez no te estoy pidiendo algo exagerado.
La única respuesta de aquel chico era el silencio, el incómodo y frío silencio. Se encontraba cabizbajo procesando todo el plan a pesar de tan sencillo. Decirlo era fácil, pero realizarlo es muy difícil.
En su mente pasaban una y otra vez un montón de escenarios donde siempre terminaba en lo mismo, el rechazo. No importa que fan original o tierno fuera; su imaginación siempre lo llevaba al mismo destino.
— Tengo un mal presentimiento. Se decía a sí mismo.
La peli rosa se acercó a él y dio unas pequeñas palmadas en el hombro.
— Estarás bien, él te ama, tú lo amas, es lógico ¿no? Trató de animarlo.
El pelirrojo tomó a la chica por los hombros con mucha brusquedad. — ¡No lo entiendes! ¿Qué tal si se incómoda y me rechaza? Decía con mucha alteración el chico. Emi, con mucha brusquedad, empujó al pelirrojo para soltarse de su agarre.
— Te entiendo, estás nervioso y eso es normal; tampoco es para tanto. Aseguró la de top negro.
— ¿No es para tanto? ¡¿NO ES PARA TANTO?! Claro, sólo porque tú nunca te le has declarado a alguien.
Con una expresión seria la peli rosa habló.
— Volveré cuando te calmes —dijo con frialdad mientras abandonaba la habitación.
Al fin, solo. Por fin se encontraba solo.
Los rayos de sol que entraban por la ventana habían sido tapados por una enorme nube, para acompañarse con el silencioso e incómodo ambiente.
— No me jodas, esto ya parece fanfic de Wattpad.— Se quejó el de suéter negro.
Aquel chico apoyó su cabeza en la mesa mientras se trataba de tranquilizar.
...
Ya había pasado alrededor de media hora y la de mechones celestes ayudó a formular su declaración hacía Fallo.
Era simple; ser él mismo y darle unos pequeños obsequios.
— Y eso sería todo; ves, te dije que sería más sencillo de lo que te imaginabas. Bien, me tengo que ir. Hasta luego.
— Hasta luego, Emi.
Luego de un rato respiró con mucha tranquilidad y salió de esa habitación; decidió ir a clases; total, su maestro no se había dado cuenta de su ausencia.
Caminaba por los pasillos de aquel edificio. No había mucho que decir; sin más llegó a su aula y entró a su clase.
El maestro aún no llegaba, así tomó asiento, sacó su teléfono y estuvo jugando un rato.
Cuando su mirada se posó en alguien,
Una chica que se encontraba a su lado era una castaña de pelo corto, ojos azules, y algo que la hacía resaltar: traía unos accesorios de rana.
Aquella chica con los ojos del color del mar estaba dibujando. No le parecía importar mucho lo que pasase a su alrededor.La castaña volteó a ver a el de sudadera negra y con una sonrisa lo saludo. — Hola Magma. Es algo tarde para decirte pero el maestro no vino.— Declaró la de ojos azules mientras posaba su mirada en su libreta.
— Agh mierda.— Maldijo en voz alta. Por su parte, la de accesorios de rana miraba con curiosidad a Magma, ya que, parecía estar revisando alguna especie de anotación que tenía en su cuaderno.— ¿Qué es eso? ¿Son apuntes?— Cuestionaba la chica mientras se trataba de asomar a la libreta.
— No incumbe Siri.— Expresó el pelirrojo algo molesto.
Como respuesta la más baja frunció el ceño.
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🌟El vestido de maid🌟
FanficEn un juego de dados Fallo se ve obligado a tomarse una foto en un vestido de maid y enviársela a su amigo de hace años, Magma. El pelirrojo siente una pequeña atracción hacía el castaño. Aquel chico de sudadera negra se sentía confundido y no podía...