Enchanted ✨ | Jaeyong

Capítulo Nueve

A Jaehyun no le gustaba preparar vegetales para su mamá. Era un desastre en la cocina, como había demostrado su experimento con el pastel, por lo que tenía prohibido tocar la estufa y el horno, pero eso no significaba que no lo hubieran obligado a ayudar de otra manera. Mientras Kun y Yuta ayudaban a cocinar, Lucas y Hendery terminaban las decoraciones, Jeno y Sungchan se aseguraban de que los platos y vasos buenos estuvieran limpios, Jaehyun cortaba las verduras.

—¿Entonces viene Taeyong? —preguntó su mamá.

Jaehyun casi se corta la punta del dedo. —Ya te lo dije, mamá. No lo sé. Le envié un mensaje de texto, pero aún no ha respondido, y sabes la situación en la que se encuentra. No sé si se sentirá con ganas de celebrar.

—Le dijiste que no nos importaba eso, ¿verdad? Que puede venir y no hablar con nadie si eso es lo que quiere. Simplemente no quiero que esté solo, no en Navidad.

—Lo sé. —Y Dios, amaba a su madre por eso—. Pero no podemos presionarlo. Lo ha estado haciendo bien, hasta donde yo sé.

—¿Hasta donde tu sabes? Has estado allí todos los días últimamente.

—Sí, pero a pesar de que estamos juntos, no es como si lo supiera todo sobre él. Estoy bastante seguro de que todavía tiene tantos secretos como yo. —Pero ninguno de ellos tan grande como un shifter. Jaehyun estaba reuniendo el coraje para contarle a Taeyong sobre eso y sobre el hecho de que eran compañeros, pero maldición si no lo ponía nervioso. No tenía idea de cómo se lo tomaría Taeyong, y estaba reconsiderando decírselo mañana el día de Navidad. ¿Y si Taeyong se asustara y no quisiera volver a verlo? Entonces Jaehyun siempre asociaría la Navidad con eso, y sería miserable todos los años. Por supuesto, probablemente se sentiría miserable de todos modos, ya que Taeyong lo habría rechazado, pero aun así.

—¿Por qué no vas?

Jaehyun parpadeó. —¿Ahora?

Su madre puso los ojos en blanco. —Si, ahora.

—Te estoy ayudando con las verduras.

—Le pediré a Sungchan y a Jeno que lo hagan por ti. No están haciendo nada de todos modos. Les vendría bien un poco de trabajo.

Jaehyun no iba a decir que no a eso. No le gustaba pasar tiempo lejos de Taeyong, a pesar de que se habían conocido recientemente. Ese era el cambia-formas en él, el cisne buscando a su pareja. Ambos querían estar con Taeyong en cada oportunidad.

—Además, todavía tienes que darle el regalo de hoy, ¿verdad? ¿Qué elegiste?

Jaehyun se frotó la nuca. —Un colgante para el brazalete que le di ayer.

Si los ojos de su madre hubieran podido disparar pequeños corazones, lo habrían hecho. —Eso es adorable. Tal vez el próximo año elegirás un anillo, ¿eh?

—No hablemos de matrimonio todavía, por favor. Ni siquiera le he dicho que soy un cambia-formas cisne.

—Me mantendré al margen. Estoy tan emocionada por ti. No puedo creer que uno de mis hijos finalmente haya encontrado a su pareja.

Jaehyun no pudo evitar sonreír. No creía haber dejado de sonreír desde que conoció a Taeyong, ni siquiera durante la debacle del pastel. —Me voy, entonces.

—Recuerda preguntarle a Taeyong sobre mañana. Hay un lugar para él en la mesa. Por supuesto, tendrá que estar bien con tus hermanos, pero los conocerá tarde o temprano de todos modos. Supongo que también podríamos ver si podemos asustarlo para que huya antes de que te acostumbres demasiado a tenerlo cerca.

Jaehyun se rio. Su madre no estaba equivocada: sus hermanos, y bueno, él también podría ser un problema. Ella lo sabía, ya que había criado a los siete.