Diario de Chocolate - SooKai

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Cada dos o tres semanas pasaba lo mismo, era la misma basura discusión, su padre se quejaba del trabajo y el futuro de su "hijo" Soobin, ya que había dicho que él no lo quería del todo que fue ella quien lo quería a pesar de lo que le contaron, después de todo lo que hicieron para que él pudiera olvidar gran parte de su pasado. Todas las noches se quedaba con su hermana, incluso había conseguido una pequeña bocina para poner música y que esta no escuchara los gritos de sus padres, incluso él era quien la llevaba a clases y la recogía para irse juntos a clases lo cual era algo complicado pues tenía que salir más temprano de casa y salir rápido de sus clases para ir por ella. Lo que más amaba su hermanita era que fueran juntos a un centro de juegos llamado "Centro Oruga", había todo clase de juegos incluso había pizza y helado, pasando ahí gran parte del día. A pesar de todo y divertirse con su hermana, todo lo estaba cansando.

—Oye Soobin —le habló su padre fuera de su habitación—, ven conmigo te enseñaré a conducir.

—¿Q-que?...

—Faltan dos meses para que entres a la preparatoria —suspiró—, no quiero que te vayas con tu hermana caminando así que te conseguiré un auto como regalo de graduación.

Jamás se había estresado tanto al aprender algo, aunque le sorprendía la paciencia que le estaba teniendo su padre al explicarle todo para que aprendiera. Durante tres días seguidos después de clases ambos salían para que Soobin pudiera aprender y lo logró ahora tenían que ir a sacar su licencia de conducir lo cual fue algo fácil y rápido. Luego de dos meses su graduación llegó y como lo prometió, su padre le compró un auto como regalo el cual usó ese mismo día para ir a cenar entre los cuatro, su madre estaba sorprendida al igual que su hermanita y por un par de horas volvieron a ser una familia feliz.

—Oye Binnie, como ya sabes conducir ¿podremos salir más seguido? —le preguntó su hermana.

—Minji, su auto es para ir a la preparatoria no para ir a pasear —le explicó su madre.

—¿Ya tan rápido irás a la preparatoria? —preguntó ahora sorprendida.

—Así es, y tu pasarás a tercer segundo grado.

—¿No puedo quedarme en primero? —preguntó preguntándole a su madre.

—Pequeña tienes que seguir avanzando, así algún día irás a la preparatoria como tu hermano.

—Papá, ¿también me regalarás un auto como a Binnie? —le preguntó con ojos de cachorro.

—Por supuesto Minji, será mucho más bonito que el de tu hermano.

Por un par de horas todo fue perfecto, incluso sus padres fueron más cercanos como si realmente se amaran, como si volvieran a ser esa pareja joven que adoptó a Soobin recordando aquel momento. Por un momento, todo se congeló, regresando a ser ese niño que fue adoptado recordando la cara de felicidad de ambos al verlo entrar con su cuidadora, la única que se aseguraba que nadie abusara de él, llevándolo siempre con ella a tal punto que le preguntó si quería que ella lo adoptara aunque sabía que eso era imposible.

—Soobin, no tienes que estar aquí, te lastiman.

—Pero...las cuidadoras no pueden adoptarnos, solo parejas de afuera.

—Lo se pequeño, pero puedo romper la regla. ¿No te gustaría? —le sonrió con dulzura.

—¿Puede...romper la regla?

—Claro, eso haré.

Ese mismo día Soobin guardó sus cosas en una mochila pequeña, en la madrugada su cuidadora fue por intentando salir del orfanato solo que antes de poder salir el guardia los descubrió. Fue la última vez que la vió, escuchando que el director la acusó de "secuestro hacia un menor" preguntando qué significaba aquella palabra, "secuestro".

—¿Siempre será lo mismo Minhyuk?

Preguntó su madre molesta entre dientes mirando con odio a su padre, volteó hacia él notando que miraba a una mujer joven en otra mesa de aquel restaurante, lo miró de nuevo, está vez tragando en seco el bocado que tenía en su boca, sosteniendo con fuerza el tenedor que llevaba en su mano.

—¿Podrías controlarte delante de Minji?, por favor.

—Lo dijiste, solo por ella —afirmó en un tono serio para continuar comiendo.

Soobin soltó un largo suspiro, harto por lo que pasaba con sus padres todo el tiempo, solo quería que se divorciaran y cualquiera de los dos se fuera aunque estaba más seguro que sería su padre quien se fuera de la casa.

Terminando aquella cena, Soobin condujo de regreso a casa y está vez por insistencia de su hermanita iba en copiloto mientras en la parte de atrás iban sus padres incómodos pero a Soobin ya no le importaba solo quería hacer feliz a su hermana, aunque fuera en el tramo a casa ya que al llegar le dijo que fueran a su habitación para jugar pues sabía lo que pasaría después.

—¿No te vas a quitar el traje primero? —le preguntó cuando entraron a su cuarto.

—No, puedo estar con él —le dijo mientras se quitaba su saco para dejarlo sobre la cama de su hermana— ¿A que quieres jugar?

—Hum... —habló su hermana buscando algo por su cuarto—, ¿donde está ayla?

—¿Ayla?... ¿no la dejaste en el auto? —le preguntó intentando ayudarla.

—No, Ayla nunca sale de casa porque no la quiero perder.

—Mh...¿mamá no la lavó?

—Ella nunca la lava, soy yo.

—¿Y en mi-

—¡Lo dejé en la sala!

Recordó orgullosa dando un grito, luego salió corriendo de su habitación, Soobin quiso detenerla pero su hermanita era muy rápida así que no pudo alcanzarla llegando hacia la parte de abajo de la casa en donde sus padres discutían momento en que su padre le alzó la mano a su madre, Minji se asustó quedándose quieta en la entrada de la sala, sin pensarlo dos veces Soobin corrió hacia su padre empujándolo para defender a su madre.

—¡No le hagas daño! —exclamó molesto.

—¡Vete a tu habitación! —le ordenó

—No —dijo entre dientes.

—¿Que?

Su padre tomó una postura firme, Soobin giró su rostro levemente hacia su hermana quien abrazaba con fuerza su peluche. Era la primera vez que le respondía de esa manera a su padre y que defendía a su madre enfrente de su hermana, todo estaba pasando tan rápido y su mente no lo dejaba pensar.

—Soobin, sube con Minji...estaré bien.

Sintió el calor de la mano de su madre sosteniendo la suya regresando a su cuerpo, tragó en seco quitándose lentamente de donde estaba, miró a su madre quien le sonreía, luego soltó su mano y se fue de ahí con Minji a su habitación para continuar jugando, solo que al llegar y cerrar la puerta su hermana comenzó a llorar.

—Oye...todo estará bien —le dijo intentando calmarla.

—¿Por qué pelean tanto? —preguntó entre lágrimas.

—Son cosas de adultos, lo entenderás después.

—¿Pero por qué?...

—No es culpa tuya, ¿de acuerdo?

Se puso de rodillas frente a ella para poder abrazarla dejando que llorara en su pecho. Soobin estaba cansado de todo lo que pasaba en casa, estaba cansado de que sus padres fueran inmaduros y discutieron tanto. Y su pesadilla apenas empezaba.