VIII

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Luego de ignorarse por todo el resto del día. Kazuha entró a la habitación, encontrándose a Yunjin escribiendo en su computador. La menor se sentó en su cama y se quedó mirando sus pies sobre el suelo ¿Debería de decir algo? Sentía que sí, pero no sabía qué decir. Movió las puntas de sus pies y miró a Yunjin concentrada en lo que estaba escribiendo. Soltó un suspiro, ella debería de estar haciendo su tarea. Miró su escritorio y recordó con desagrado que ya había terminado todo.

En el momento que su celular vibró, Yunjin cerró el computador y miró a Kazuha. Parecía cansada y, gracias a dios (según Kazuha), no estaba incómoda por lo que pasó entre ellas. La miraba igual que siempre, tal vez con un poco de maldad, pero nada raro. Kazuha sonrió para sí misma que nada malo había pasado y agarró su celular para mirar de que se trataba su notificación.

Jenaissante había actualizado.

—¿Vas a leerlo ahora?—preguntó Yunjin mientras se sentaba al frente suyo, en su propia cama.

—Puede que sí—susurró mientras desbloqueaba su celular—. Quiero saber qué hará Kaylee.

—Debí poner que Kaylee es una idiota—pensó en voz alta, pero Kazuha ni siquiera le puso atención—. Antes que lo leas ¿Puedo proponerte algo?

—Sí, claro—le sonrió con inocencia, parecía un cachorro muy tierno.

—Quiero que lo leas en voz alta, mientras te la chupo.

Kazuha se tensó ante la propuesta. Sus ojos se abrieron con sorpresa y su boca se entreabrió, dejando escapar un ligero jadeo que nunca llegó a convertirse en palabras. Yunjin rio suavemente ante su reacción, disfrutando del poder que tenía en ese momento. Con una calma deliberada, comenzó a amarrarse el cabello, sus movimientos lentos y meticulosos, solo para provocarla un poco más, mientras que Kazuha aún no lograba articular una palabra, su mente era un torbellino de emociones encontradas. ¿Excitación? Sí. ¿Nerviosismo? Definitivamente. Sentía su corazón latir con fuerza en su pecho y un molestar en su miembro ¿Todo por una propuesta? No, era porque era "La propuesta" por una hermosa mujer que era su escritora favorita. Su boca se secó al recordar lo que había escuchado alguna vez en su vida "Un oral no le llega ni a los tobillos a una mano" un nudo de ansiedad se formó en su estómago. Pestano unas cuantas veces con rapidez mientras trataba arreglar en caos de su cabeza, porque a pesar de todo, seguía siendo una virgen que se relaciona poco con las mujeres y, por lo que había notado con la experiencia con Yunjin, muy precoz.

—No comenzaré al menos que lleves dos párrafos, Kazuha—dijo Yunjin con firmeza.

Kazuha asintió torpemente, sus dedos temblorosos desbloquearon el celular después de varios intentos fallidos. Maldijo en voz baja entre balbuceos, sintiéndose torpe y descoordinada, pero no quería desaprovechar la magnífica oportunidad que se le presentaba.

—Las reglas serán simples—continuó Yunjin—. Tú te detienes, yo me detengo. Tienes permiso de correrte cuando quieras, pero si te equivocas mucho, te lo prohibiré.

La menor la miró directamente a los ojos, encontrando en ellos una mezcla de desafío y diversión. Yunjin se arrodilló frente a ella, sus manos apoyadas suavemente en los muslos de Kazuha, y la cercanía de su aliento provocó un escalofrío que recorrió su espina dorsal.

—Estaré esperando—susurró Yunjin.

Tragó saliva y agitó su cabeza, tratando de despejar sus pensamientos. Dirigió su mirada al celular, sus manos aún temblaban ligeramente, pero logró concentrarse lo suficiente para comenzar a leer.

—Durante dos semanas no había logrado sacarse por ningun solo segundo la imagen de Joane desnuda en el baño y deseaba por cada segundo de su vida volver a escuchar sus gemidos. Estaba enojada consigo misma por no haber seguido sus juegos. Por dos semanas Joane parecía haberse rendido por conseguir su atención. Es por ello que le tocaba a Kaylee hacer un movimiento para recuperar y así, estar con ella al menos una noche.

Watch it [G!P]Where stories live. Discover now