Una confesión innecesariamente necesaria

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Mientras los invitados disfrutaban del banquete, contentos de que sus mejores galas y esfuerzos no habían sido un completo desperdicio a beneficio de una broma de mal gusto, Félix y Hyunjin llevaban la última media hora encerrados en una de las ha...

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Mientras los invitados disfrutaban del banquete, contentos de que sus mejores galas y esfuerzos no habían sido un completo desperdicio a beneficio de una broma de mal gusto, Félix y Hyunjin llevaban la última media hora encerrados en una de las habitaciones de la sala tratando de discutir qué hacer a continuación con su nueva situación conyugal.

—Esta es la situación más absurda de toda mi vida. — Félix emitió un sonoro suspiro, haciendo un recuento mental de todas las situaciones absurdas por las que había pasado solo en lo que iba de ese día.

"Prueba a enamorarte de tu mejor amigo, fingir casarte con él por una estúpida broma de despedida, solo para enterarte después de que realmente lo están porque alguien cometió el error de contratar a un juez real para oficiar la ceremonia y no a un actor y dime que tan absurda es en verdad.", pensó, hundiéndose por enésima vez en uno de los sofás repletos de ropa y otras cosas que no podía molestarse en retirar.

—¿Qué se supone que hagamos ahora? — a Félix le encantaría tener la respuesta a eso, al menos para borrar el tono derrotado en la voz de Hyunjin que estaba rozando con demasiada fuerza sobre su eterno miedo al rechazo que sus sentimientos podrían recibir si llegaban a ser descubiertos.

Algunos minutos después, ambos pudieron escuchar cómo la puerta de la habitación se abría violentamente. Como ninguno de los dos tenía el ánimo suficiente como para que les importara, no se molestaron siquiera en moverse. No tardaron mucho en enterarse de todas formas, uno a uno y con las manos repletas de comida y bebidas, sus seis cómplices desfilaron dentro de la habitación hasta acomodarse lo mejor que pudieron en el minúsculo espacio.

—¿Si son conscientes de que se están ahogando en un vaso de agua, verdad? — dijo Chan, dándole un sorbo a su cerveza antes de exponer lo obvio. — Todavía pueden salvar la situación si logran convencer al juez de entregarles el certificado de matrimonio y destruirlo antes de que sea registrado en el ayuntamiento.

—O, simplemente, pueden quitárselo a la fuerza. Emborracharlo también podría funcionar. — el panecillo que Han atoró en la boca de Minho fue agradecido por todos. Nadie quería agregar líos con un juez a su lista actual de problemas.

—Olvídense de eso. Nadie se va a acercar al juez y si es necesario, nosotros mismos lo escoltaremos al juzgado para que registre el certificado. — el padre de Hyunjin entró a la habitación, seguido de cerca por su esposa y por los propios padres de Félix. Contrario a lo que habían visto antes, sus progenitores ahora portaba máscaras similares de determinación y Félix estaba seguro de que no iba a gustarles lo que dirían a continuación. — Todos estamos de acuerdo en que deberían darle una oportunidad sincera a su matrimonio.

—Papá, ¿acaso enloqueciste? ¿Te estás escuchando a ti mismo?

—Podría decirte lo mismo, hijo mío, pero, para empezar, nunca has sido exactamente un ejemplo de cordura y buenas maneras. Y toda esta extravagante idea de broma es prueba fehaciente de ello.

The Joke Is On Us (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora