Félix y Hyunjin han sido amigos desde el jardín y un día reciben la oferta de trabajo de sus sueños, por lo que deciden despedirse de su ciudad natal de la única forma que saben hacerlo: una broma memorable.
Con la ayuda de sus amigos más cercanos...
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Con las semanas contadas y el tiempo limitado gracias a todo el ajetreo típico de una oferta laboral tan importante, Hyunjin y Félix tuvieron que hacer malabares para concretar todo lo necesario para su tan esperada broma. Por suerte, sus amigos estaban tan a bordo de la idea que, prácticamente, hicieron la mayor parte del trabajo y les dijeron que se concentraran en su mudanza a la capital.
Además, con la excusa de que tendría que ser una boda rápida, se ahorraron un montón de trabajo, no solo con la planificación sino con sus padres.
Félix había estado a punto de quebrarse cuando vio a sus padres abrazarse con gigantescas sonrisas en sus labios y a su madres saltando de alegría cuando les dieron la noticia de su inminente boda y su relación oculta durante una de sus barbacoas de fin de semana. El interrogatorio fue implacable, todos exigiendo los detalles acerca de cómo, cuándo y porqué habían mantenido su relación en secreto durante ocho inexistentes meses.
Hyunjin se los metió en la bolsa cuando se inventó una historia digna de kdrama, detallando un friends-to-lovers de ensueño y cómo su larga amistad se convirtió en la base firme de su relación actual. Al menos, Félix sabía que la cantidad de horas insanas que su mejor amigo pasaba frente a una pantalla soñando despiertos con historias de amor poco realistas podían servir de algo.
Félix lo habría golpeado si la acción no fuera en contra de todo lo que intentaban proyectar para hacer su engaño creíble, pero cada mentira irrisoria no hacia más que hundir el puñal en el centro de sus sentimientos guardados.
Nadie dijo nada acerca de lo poco que había durado su supuesta relación antes de embarcarse en algo tan determinante como el matrimonio; más bien, pasaron la tarde entera hablando de lo mucho que habían esperado por ese momento y como nunca el romance entre ellos había sido una cuestión de si iba a ocurrir o no, sino de cuando ambos se darían cuenta del bonito lazo que compartían.
Durante esos intercambios, Félix mantuvo la mirada atenta a los microexpresiones de Hyunjin, tratando de dilucidar que pensaba al respecto de la seguridad que tenían sus padres sobre una relación entre ellos. Pero, salvo el típico rubor en sus mejillas y la sonrisa avergonzada de siempre cuando hablaban de temas como ese, no hubo nada más. Félix no sabía si Hyunjin de plano lo consideraba algo imposible o un chiste adorable carente de total validez por parte de sus familias.
El resto de sus invitados tampoco se mostró sorprendido cuando recibieron sus invitaciones.
La mayoría les hizo comentarios sobre cómo ciertas actitudes y comportamientos desde su temprana edad les habían dado la pista de que algo como aquello sucedería en algún momento. Y lo único que pareció sorprenderles fue que su relación hubiera sido un secreto hasta ese momento. Aunque, incluso cuando se trataba de eso, muchos mostraron su entendimiento, aduciendo que la presión y la atención que recibirían de todos a su alrededor sería lo suficientemente pesada como para que ambos prefirieran mantener su privacidad hasta que la relación estuviera más establecida.
