Capítulo 4

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—¡Gavi!—Aymeric se adentró al hogar del polaco ayudandolo a ponerse de pie.

Mientras Pedri observaba sorprendió a su hermano, no esperaba que Gavi hiciera algo como eso, más bien, él iba con la intención, pero su hermanito se le adelanto.

—¿Qué demonios? ¿Quiénes son ustedes?

—Lo lamento Robert, eh.. Bueno.

—Ustedes dos... ¿No son los chicos del Barça? ¡¿Qué demonios?!

—Anna González Gavira... ¿Te suena ese nombre?—La voz gélida de Pedri resonó en el lugar, o más bien así lo percibió Robert.

Anna...

—Fue mi novia... Esperen, ¿De qué se trata esto?

—Ella era nuestra madre, murió el día en que nosotros nacimos... Somos tus hijos.—Aymeric quería golpearse la cara, ahora siempre tendrá presente algo, en ocasiones serias y en las que se debe de dar las noticias, nunca dejará que sea Gavi el encargado de eso.

El fuerte golpe que se escucho después, hizo que los tres se escogieran de hombros.

—¿Tantos goles no le harán daño?—Pregunto Gavi, Pedri rió, pero paro cuando su padrino le dio un mirada de advertencia.

—Dejen sus chistesitos, hay que llevarlo al sofá.—Dijo el mayor para agacharse y tocar de los brazos a un desmayado Robert.

Robert escuchaba varios murmullos a su alrededor, ¿Qué había pasado? Lo último que recuerda es haber terminado de ordenar sus cosas y haber escuchado el timbre, fue a abrir la puerta y

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Robert escuchaba varios murmullos a su alrededor, ¿Qué había pasado? Lo último que recuerda es haber terminado de ordenar sus cosas y haber escuchado el timbre, fue a abrir la puerta y...

¡Lo golpearon!

Se incorporo en... ¿Su sofá? Sí, en su sofá, las tres personas aún estaban ahí.

—¿Te sientes bien?—Pregunto el mayor de los tres; extendiendole un vaso de agua.

—Se ve bien.—Dijo el chico de pelo negro, al parecer no le caía bien... Aunque ni siquiera lo conozca.

—Lamento lo del golpe.—Sus ojos observaron al único omega de la sala, y justamente fue quien lo golpeó, cabellos castaños y ojos avellanas... Le resulta familiar, también el olor de ambos jóvenes.

Anna.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, esos jóvenes... ¿Qué estaba pasando?

—Ustedes... Ustedes son hijos de Anna, pero...

—Y tuyos también.—Dijo Gavi de sopetón, Aymeric le jalo la oreja en reprimenda.

—¡Gavi!—Pedri por poco y no le da un coscorrón por descuidado.

Sí, en situaciones de gravedad, nunca van a dejar que Gavi sea el de las noticias.

—¡Ni siquiera se le ocurra volver a desmayarse!—Grito el causante, al ver como Robert caía sentando en el sofá.

Aymeric suspiro, esto no era lo que había pensado, ni mucho menos lo que había planeado, sabía que fue una buena decisión el haber venido, o de lo contrario Gavi iba a causarle un infarto al polaco.

—Que alguien me explique lo que esta pasando.

—Anna González Gavira y tú fueron novios ¿Verdad?—Pregunto Aymeric, Robert asintió tomándose de la cabeza, pobre hombre, ahora tendrá que lidiar con sus niños terroristas.

—Ella quedó embarazada de estos dos cuando tú regresaste a Polonia... Pasaron muchas cosas, Anna murió el día del parto, y yo me hice cargo de los niños.

—¿Anna murió?—Robert alzó la cabeza, nunca penso que esa fuera la razón, en ese tiempo la comunicación era más difícil, después de regresar a Polonia, él le había escrito muchas cartas a Anna, pensó que la joven lo había olvidado....

—Así es... Ellos son Pedro González Gavira y Pablo González Gavira, son tus hijos, te estuve buscando, hice las pruebas, y claro tú estas en tu derecho de hacer otras para estar seguros.

Robert negó con la cabeza, no era necesario, su Alfa reconocía a ambos como suyos, además tenían el mismo aroma que él y de Anna.

—¿Por qué nos abandonaste?—La pregunta fue hecha por Gavi, lo observaba con una mirada indescriptible.

Robert lo observó por varios minutos, era idéntico a Anna, la misma nariz, los mismos ojos, en cambio Pedri era más parecido a él, el pelo negro, la nariz.

—¿No va a responder? He esperado diecinueve largos años para saber la respuesta señor, ¿Por qué nos abandono?

—Yo no sabia...

—¿Y no se le ocurrió enviarle una carta a mi madre? O ella solo fue un momento divertido para usted.

—Pablo...

—¿Pablo qué? Es cierto, él pudo haber preguntado, por Dios, la noticia en esa época recorrió el mundo, una madre muere dejando a dos indefensos niños huérfanos.

—Lo lamento...

—Eso ya no importa, bien, ya lo conocí, ya me voy, no crea que hemos venido por su aceptación, dinero o su apellido, solo quería conocer el resto del hombre que me engendro.

Gavi salió del lugar, no podía soportar estar más tiempo ahí, su omega quería abrazar a su papá Alfa, tantos años quiso tener un padre, no lo mal entiendan, Aymeric se ganó ese lugar, pero...

—Lo lamento, iré con él, ¿Pedri tú...?

—Yo me quedo.—Aymeric asintió y fue tras su pequeño.

—Mi hermano dijo la verdad, o más bien lo que él cree que es verdad, mire señor Lewandowski, quiero pedirle algo.

Pedri se sentía una mierda, no quería pedirle nada a este hombre, preferiría morir antes que hacerlo, pero lo hacía por su hermano.

—Cuando nacimos... Mi hermano tuvo varias complicaciones, usted sabe que ambos somos jugadores profesionales, él no está bien, estuvo mucho tiempo en el hospital después de nacer, sobrevivió porque al ser yo su mellizo y ser un Alfa, le dio una oportunidad, pero su salud con los años ha ido cambiando.

—¿Qué le pasa?—Pregunto irremediablemente preocupado, ni siquiera ha pasado una hora desde que se enteró de que es padre, pero su Alfa está enloqueciendo al saber que uno de sus cachorros está mal.

—Necesita equilibrio... Él necesita un padre.

Papá En Apuros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora