005: Una cita.

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-¿De verdad ves a mi pequeño tanto como tu hijo que tu cuerpo respondió a eso?- Yuki tragó saliva como por cuarta vez, sentía su garganta muy seca.

Asintió despacio a la pregunta del castaño, estaban ahora sentados en el comedor de la casa de Pierre, Luciano jugaba en el suelo con algunos juguetes.

Mientras ellos estaban hablando de lo que el doctor les había dicho en el hospital. Ahora Yuki era la madre, no biológica, pero seguía siendo la madre de Luciano, una parte de Yuki estaba contento con eso, pero su parte racional le gritaba fuerte.

¡No había tenido ni una cita con Pierre y ya había llegado reclamando con un sitio en su pequeña familia!

Si su vida fuera como una película como se llamaría, ¿Madre por Accidente?, Sí, sonaba justo como le acababa de suceder.

-¿Qué harías si te dijera que me voy a mudar a otro país y me voy a llevar a Luciano?-El aire en sus pulmones se detuvo por completo en menos de un segundo.

Miró a el Alfa con algo de miedo, estaba serio y con los brazos cruzados sobre su pecho. No podía, Pierre no podía hacerle eso, era su pequeño cachorrito y no podía quitárselo.

-¡Te lo prohíbo, no puedes llevarte a Luciano lejos de mi!- No supo en que momento se levanto de su puesto, golpeando la mesa con sus manos y mostraba sus pequeños colmillos a la defensiva.

-¿Baba?- Luciano dejó lo que estaba haciendo para mirar a los mayores, podía sentir el aire de molestia que tenía el pelinegro, daba algo de miedo verlo molesto, algo que nunca pasaba.

Pierre por su parte solo sonrió, confundiendo más a el pelinegro.

-Tanto lo quieres ¿Eh?, ¿Dónde estuviste antes? Si te hubiera encontrado tal vez mi bichito no hubiera sufrido tanto.- Yuki se sintió avergonzado, muy avergonzado, y una parte molesta, Pierre le había hecho una prueba.

-Yo lo quiero, no pienses en alejarlo de mí.-Había formado un laso con Luciano, si los separaban ambos iban a sufrir bastante. Pierre solo le sonrió, una sonrisa bastante tranquila y leve.

-No lo haré Yukino, y tu tampoco puedes escapar de mi ahora, no te dejaré ir.- Yuki se sonrojó ante esa declaración, supo leer entre líneas. Una mano pequeña jaló su ropa y miró hacia abajo, Luciano quería subirse a su regazo.

El Omega alzó con cuidado a el pequeño, lo sentó en sus piernas y el giró rápidamente a sus pecho para ir tocando allí, ya era su hora de comer, y desde que empezó a lactar no había tocado sus biberones.

Se alzó la camisa acomodando a el pequeño para que pudiera comer tranquilo. Luciano le dio un ronroneo mientras succionaba el pezón con ganas.

Yuki sintió como el aroma del Alfa castaño se volvía pesado, cargado con un poco de excitación, se le hizo agua a la boca al oler algo de esa manera. Alzó el rostro para ver al castaño, sus ojos azul verdoso eran intensos sobre el, y no se despegaba de sus pechos.

Tragó saliva al sentir su rostro arder, más rojo que un tomate maduro. Sabía, es sus estudios sobre cachorros de todo de ese tipo de cosas, no era un secreto que a los alfas les encantaba la leche materna que daban los Omegas.

No solo su sabor, si no que también era bueno para ellos al ser tan nutritiva, y sus pechos habían crecido desde la vez que Luciano había tomado leche por primera vez, y no dejaban de producirla.

Quizás podría hacer algo que lo haría arrepentirse mucho después, o si no solo moriría de vergüenza.

Alzó bien su camisa haciendo mostrar su otro pecho lleno, Pierre abrió los ojos ante eso, era una invitación para que el también la pudiera probar. El rostro rojo del el pelinegro se lo podía confirmar, y no quería desaprovechar esa oportunidad, el aroma le estaba volviendo loco.

¿Mamá? [Yukierre] Yuki Tsunoda x Pierre GaslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora