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Sigo tirada en el frío suelo de las canchas de Volley femenino, no práctico volleyball, ni ningún otro deporte, no me da la fuerza de voluntad para hacer eso.

Aunque si tuviera que elegir entre un deporte, sin duda alguna sería Volleyball, tiene un no sé que, que me llama, me buscá, pero como siempre, solo me la pasó flojeando, además ya estoy en el club de Gastronomía ya que sin pena alguna digo que me gusta la comida.

Me encanta comer, ya sea algo dulce, agrio, comida o postre, sopas o simple arroz. Me gusta.

Seguro por eso estoy algo rellenita, no es que este gorda, en realidad ¿Y que importa si lo estoy? Soy feliz así y me chupa tres huevos si alguien piensa que estoy gorda.

Gorda se la pongo a los chicos 😏

Okey no 😞

Me disculpo mentalmente con mi Yo más puro e inocente, ya que tiene que aguantar mis cosas hormonales cada cierto tiempo.

Y bueno, volviendo al tema del porque estoy tirada en el suelo de las canchas es porque estoy esperando a mis amigas las cuales se fueron a cambiar y me dejaron aquí, sola y moribunda.

Recojo mi teléfono para revisar los mensajes viendo uno de Kenma. Un simple “Hola” se podía ver en pantalla, además había un “¿Puedes venir a obligarme a comer?” sonríes feliz pensando que por primera vez, Kenma era quien buscaba tu compañía.

Y sobre todo QUE PEDIA IR A COMER CONTIGO ese morrito que ni siquiera le gusta comer, más bien tienes que obligarlo a que coma un poco. Y siempre lo obligas amenazando con romperle todos sus aparatos tecnológicos.

Me levanto dando un salto, recuperando las energías que habían desaparecido, y tomo mis cosas para salir del gimnasio, no sin antes dejarle un mensaje a una de mis amigas para que no se preocupara y me buscarán.

Empiezo a caminar, mejor dicho trotar a a un ritmo normal pero constante, como el gimnasio de las mujeres y el de los hombres no están tan lejos, llegue en cuestión de minutos, abrí la puerta del gimnasio recibiendo varias mis

— KENMITAAAAAAAAAA!!! – grito corriendo hacia él dando un salto para abrazarlo.

— uhg..._-____ no te lances encima así, además pesas bastante – se quejó el rubio dejándose abrazar por mi, aunque aún estaba algo tenso.

— me estas llamando gorda, güerita teñida? – aprieto más el abrazo escuchando un quejido de dolor de Kenma.

— n-no no, como crees? – contesto nervioso, lo mire con los ojos entrecerrados, pero lo solte.

— bien bien, me alegro que nos entendamos Kozume – sonreí complacida porque no me llevará la contraria.

— no me llames Kozume – se quejó haciendo un puchero que lo hizo ver de lo adorable.

— te llamo como me pegue la perra gana, entendido? – lo señaló con mi dedo de forma acusadora y este asiente mirándome como un gatito asustado – adorable.

— que buen carácter – pegue un brinco al escuchar la voz de Kuroo a unos pasos atrás de mi – ¿Como estás, Linda? – pregunto él acercándose a mi.

— bien bien, vengo a llevarme a Kenma a comer – sonríe nerviosa por su cercanía, dando un paso hacia atrás por los nervios.

— ¿Te lo vas a llevar? Pero el entrenamiento todavía no ha terminado – pregunto Kuroo algo confundido.

— si bueno, eso, nos vamos – reí nerviosa tomando la mano de Kenma jalando de su extremidad mientras trataba hacia la salida del gimnasio.

— estás nerviosa – murmuró Kenma a mi lado.

— no digas los obvio, Kozume Kenma – murmuró también, sintiendo el picor en mis mejillas que seguramente están rojizas.

— te gusta Kuroo? – cuando pregunto eso, detuve mi trote, suspiré profundamente y gire a ver a Kenma.

— tengo la sospecha de que Kuroo es mi alma gemela – murmuró jugueteando con las mejillas – he visto mi hilo rojo ponerse a brillar cuando estoy cerca de él.

— ¿Encerio? Wow, este... Kuroo nunca me dijo que tenía un alma gemela, tampoco había notado que él tenía el hilo rojo – yo asenti ante todas su palabras.

— bueno, tu casi nunca estás pendiente de las cosas que no te interesan, así que no me sorprende – Rode los ojos.

— me debería ofender porque me llames despistado? – yo asentí y el bufo.

— te quiero y todo pero sabes que es verdad.

— solo con las cosas que no me interesan – reí y asentí.

— solo con las cosas que no te interesan – repito – que prácticamente es la mayoría de las cosas.

Kenma parece ofendido, pero no dice nada, ambos reanudamos nuestra caminata, pero en vez de ir a la cafetería terminamos paseando por los alrededores de la escuela.

— en realidad, solo me usaste para saltarte el entrenamiento porque ya estabas cansado verdad? – pregunto caminando a su par, girando a verlo, el rubio está jugando como de costumbre.

— si – una respuesta corta y sincera, ni siquiera me mira por estar con la mirada concentrada en la pantalla de su juego.

Miro hacia el frente, ya esto ni me molesta porque es normal en Kenma.

Sigo mirando al frente cuando veo a un chico alto, cabello castaño que me mira a los ojos y sonríe de forma encantadora.

Apartó la mirada sonrojada, incapaz de seguirle aguantando la mirada, porque me moriría de vergüenza. Miro mi mano donde mi hilo rojo está empezando a brillar.

— mi hilo rojo es bien culero, brilla con cualquiera que le parezca atractivo – maldigo en mi mente, mirando ese hilo rojo que seguía brillando.

— Hola Linda! – chille al ver al joven acercándose a mi.

— h-hola – el golpeteo de mi corazón se acelera cada vez más.

— tan linda - murmura con una sonrisa encantadora – ¿Me dices tú nombre?

— soy ____, voy en segundo y tú?

— soy Reiko, voy en segundo igual que tú – río suavemente – eres del club de Gastronomía, te he visto cuando horneas galletas...ehhh...no soy un acosador ni nada así! ¡Lo juro! Solo, me gsutaste y quería invitarte a una cita! Perdona lo lanzado – ríe nervioso, sus mejillas brillando de color rosado.

Es encantador.

Su sonrisa me hace sonreír, siento una extraña calidez con su presencia.

— c-claro! Eres encantador, así que acepto tu cita – le respondí lo más normal que pude.

— perfecto! ¡Pásame tu número para estar en contacto y así planificar nuestra cita! ¡Te juro que será la mejor tarde de tu vida – sonrió, se le notaba la emoción por el extraño brillo en sus ojos.

Le di mi número y el lo tomo con una sonrisa radiante.

— ¡GRACIAS! ¡ERES LA COSITA MÁS LINDA Y ADORABLE DEL MUNDO! – grito a alta voz corriendo lejos de allí.

— le gusto?

— le gustas, ya tienes un admirador. Y tú hilo rojo estaba brillando.

— será él...?

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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Nuestro Hilo Rojo [Kuroo Tetsuro y Tú] -Yandere- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora