Novel GL: La muchacha del reloj de arena y el misterio de la piedra del rosario

POR UN BIEN MAYOR

Ellen

Todos los demás Reapers estaban dentro y fuera del antiguo teatro. Estaban en una especie de trance, y por lo que dijo el antiguo mentor malvado de Ceif, todos los Reapers, incluido Ceif, seguirían todas sus órdenes cuando Amber, que todavía estaba inmóvil mientras sostenía el rosario cerca de su corazón, estuviera completamente conectada con el otros siete fragmentos. Definitivamente ver a miles de Reapers parados como si fueran estatuas fue una vista asombrosa. Pero, por alguna razón, Ceif aún no se encontraba en la misma situación que sus compañeros de trabajo, esto se debía a que era el guardián del octavo fragmento, y como tal, era su deber protegerlo hasta su último segundo. Que era exactamente lo que Ceif hacía magistralmente, pues se encontraba propinando fuertes golpes con su guadaña, que ya estaba materializada en sus manos, en un intento de golpear a su mentor, quien también era bastante ágil, tanto que lo mismo logró. presionar a Ceif contra la pared, con solo una mano en el cuello de Ceif, mientras la otra sostenía su propia guadaña. El ex mentor dijo:

— Aún no me has respondido. ¿Podrías matar a Amber para detenerme? — presionando aún más el cuello de Ceif contra la pared.

— Eso... dejaré... que tú... lo descubras tú mismo — dijo Ceif, con dificultad. Al poco tiempo, logra atravesar la pared, donde estaba siendo presionado, pues Ceif provocó, en ese momento, que aparecieran en su espalda un par de enormes alas que, con el aleteo de las mismas, el viento ejercido arrojó a su antiguo mentor, lo que provocó que se soltara casi inmediatamente de su cuello. Pero no pasa mucho tiempo hasta que a este mentor también le salen sus grandes alas. Pronto, ambos continúan librando su intensa batalla, ambos haciendo uso de sus alas. Yo, en cambio, buscaba algo que fuera lo suficientemente útil para defenderme del hombre que parecía estar en el colmo de su locura y que venía hacia mí, pero no había nada suficientemente bueno allí. Por suerte para mí, Ceif, que estaba librando su batalla, pronto materializó una daga, y de repente me la arrojó, sin quitar los ojos de su oponente. Estaba muy agradecido, pero ¿por qué no podía ser una espada larga? Ya que imaginaba que un revólver era un arma muy moderna, incluso para un Reaper que vivió alrededor de un milenio. Sin mencionar que la daga en mis manos me parecía muy familiar, pero no tuve tiempo de intentar averiguar dónde la había visto antes, pues el hombre de cabello gris ya estaba encima de mí, tratando desesperadamente de Me golpeó con la misma daga que él había estado sosteniendo y la encontré en mis manos. Después de un tiempo, en una pelea cuerpo a cuerpo, logro tirarlo al suelo, donde se golpea la cabeza y queda inconsciente. Paso unos minutos allí, observándolo, sin dejar de sentirme culpable por ello, pero pronto recobro el sentido cuando escucho a nuestro enemigo hablar con Ceif:

— ¡Ríndete, no podrás detenerme! En unos minutos, Amber se fusionará completamente con los demás fragmentos. Convertirse en uno. ¡Acéptalo, perdiste!

Pronto, me sorprenden las palabras de Ceif, quien seguía concentrado mientras lanzaba golpes hacia su mentor, a quien esquivó a la perfección:

—¡Hazlo, Ellen! ¡Hazlo ahora! — me preguntó, y yo respondo:

— ¡Tú estás loco! ¿Cómo puedes pedirme que haga algo así con Amber? No pude evitar que las lágrimas corrieran por mi rostro.

— No tenemos opción "¡Es por un bien mayor!" — En respuesta, negué con la cabeza, pero toda mi resistencia y desgana desaparecieron cuando oí a Amber, todavía inmóvil en el escenario del viejo teatro, decirme:

—Hazlo, Ellen."Es por el bien mayor" — en ese momento, corrí hacia Amber y la miré. Amber mantuvo sus ojos en los míos. Me estaba matando. Entonces, ordenó: — ¡Hazlo!

Luego cerré los ojos y mi cara, que estaba completamente húmeda, se contrajo en una expresión de dolor. Luego, con un torpe golpe, lo hago. Clavando la daga en la piedra del rosario, que estaba colocada frente al pecho izquierdo de Amber. Con el golpe, la piedra liberó una fuerte luz grisácea. Tuve que ejercer mucha fuerza para que la daga atravesara la piedra y así llegara al corazón de Amber. Y cuando finalmente logré hacerlo, pude sentirlo atravesar el pecho de la mujer frente a mí, quien aún mantenía sus ojos fijos en mí y en mi sufrimiento por hacer eso.

Al ver que habíamos destruido la piedra y que, en unos segundos, Amber se encontraría muerta, el antiguo mentor de Ceif desapareció, casi de inmediato, pero, antes, le dijo a Ceif:

— Has evolucionado mucho, pero todavía no eres rival para mí, porque estas personas, que parecen importarte tanto, se han convertido en tu debilidad. Ahora, esto se ha convertido en algo personal para mí. Te destruiré a ti, a ti y a todos los que te importan. — Pronto se teletransporta, y entonces todos los Reapers presentes salen de sus trances y se dirigen hacia Ethan, quien aún estaba inconsciente, llevándolo con ellos a un lugar que incluso tengo miedo de descubrir.

Amber poco a poco se estaba convirtiendo en cenizas y yo estaba llorando, por haber sido la persona que le quitó la vida. Y por lo que vi, no era la primera vez, porque al clavar la daga en la piedra y consecuentemente en su pecho, recuperé mis recuerdos. Pude ver todo lo que hizo mi espíritu mientras estaba en coma. Pero algo llamó mi atención, porque me di cuenta que la misma daga que ahora tenía en mis manos, era la misma que clavé en Amber cuando mi espíritu deambulaba. Y esa daga también era la misma que empuñé para quitarle la vida a la persona a la que pertenecía el anillo. Éste, en ningún momento, fue Ceif. En el recuerdo que se me mostró de mi vida pasada, la misma con la que he estado soñando durante mucho tiempo y que por fin puedo ver por completo, realmente fui una perra cobarde, pero mi víctima no fue Ceif, como yo. pensamiento. Mi víctima fue Amber, siempre fue ella. No es de extrañar que, en estos recuerdos que me han dado, siempre esté haciendo cosas que podrían llevarla a la muerte. Y que, curiosamente, lo hago usando siempre la misma daga, esa que insiste en perseguirme sin importar en qué vida esté, siempre soy la persona para empuñarla y apuñalarla en Amber. Amber siempre fue mi egokarma y yo siempre fui el de ella. Nuestro destino nos presentó.