Chapter VI

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Jimin sentía que la vida era injusta con él, realmente estaba preocupado con que Taehyung se apareciera en el momento en que su amigo llegara. Se cuestionó por qué estaba haciendo todo eso, y llegó a la conclusión que toda esa situación era completamente absurda. Ninguna persona existente en la faz de la tierra le creería si escuchara las razones por las que debería alejar a ese par, es más, estaba completamente seguro de que lo tacharían de lunático. A veces se cuestionaba si lo era. Él tampoco entendía porque se había dejado envolver en algo tan ridículo, por no decirlo de otra forma.

Ni siquiera él estaba seguro de su propia cordura, pero le había prometido a su mejor amigo ayudarle con el problema de sus extraños sueños. Dios, sonaba tan absurdo que creyera en la posibilidad de la reencarnación y que los sueños de su amigo eran señales. Pero no podía detener a Jungkook cuando este se veía muy ilusionado por descubrir si la persona de sus sueños existía en la vida real. Al principio, el plan era hacerle creer a su amigo que lo ayudaría y luego lo haría rendirse, pero al escuchar el nombre de Taehyung salir de sus labios mientras dormía, fue entonces que se dejó envolver en toda esa locura y creyó en una mínima posibilidad de que todo ese asunto fuera real.

Ahora corría al vestíbulo lo más rápido que podía, había pedido a Taehyung que fuera con las maquillistas a prepararse para la sesión de fotos que tendría, de esa forma lo mantendría ocupado y lejos de Jungkook durante el tiempo de su visita y en lo que pensaba que hacer con toda esta situación.

—Vamos, apresúrate— murmuraba al elevador, esperando a que este se abriera.

Rápidamente subió y presionó el botón que lo llevaría al primer piso, estaba moviéndose de un lado a otro por la ansiedad esperando a que todo su plan saliera bien.

—Espere— escuchó que alguien habló.

Por la puerta del elevador subió un joven pelinegro que vestía muy formal. Jimin pensó que era alguno de los socios de la empresa.

—Gracias, por esperar a que subiera— murmuró en agradecimiento el desconocido, y Jimin solo asintió.

Mientras el elevador se ponía en marcha, Jimin seguía pensando en la situación de su amigo y había empezado a morder sus uñas tratando de calmar su ansiedad. Estaba tan perdido en sus preocupaciones que no se dio cuenta en qué momento había empezado a murmurar hasta que la otra persona dentro del elevador volvió a hablar.

—Será mejor que detenga sus murmullos o todos en el edificio podrían enterarse de sus problemas.

—Lo siento— dijo con vergüenza y se cubrió la boca con sus manos.

El elevador se detuvo pero aún no habían llegado al vestíbulo. Escucharon un sonido muy fuerte y todo se tornó oscuro dentro del elevador. Jimin maldijo y comenzó a patalear del coraje sin importarle que hubiera alguien más en ese lugar.

—Carajo, maldito elevador— dijo furiosamente apuntando a las puertas de este —te atreves a hacerme esto justo cuando más prisa tengo, no puedes dejarme aquí atrapado con un completo desconocido cuando tengo una misión encomendada por el destino.

Empezó a caminar de un lado para otro mientras la otra persona solo se mantenía de pie en su lugar viéndolo como si nada.

—Si sigue así dejará un hueco en el piso.

—Silencio que estoy pensando— le contestó Jimin con frustración.

El otro joven sin preocuparse en lo más mínimo la manera en que Jimin le contestó, presionó el botón de emergencia y decidió recargarse en una de las paredes del elevador a esperar a que llegarán a ayudarlos.

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⏰ Última actualización: Jun 14 ⏰

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