Descontrol

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Hace años prometí tener el control sobre mis emociones, porque vi el daño que podían provocar en otros; para mi desgracia no fui tan fuerte como creí que sería, el ignorar se convirtió en mi saludo diario, insultar se volvió tan fácil como respirar, tratar a los demás como si no importaran se convirtió en una costumbre; sin embargo, todo ese dolor jamás disminuyo al contrario crecía sin parar, ser víctima y victimario se volvió mi mundo, uno que empecé a odiar quería regresar a cuando no era ni uno ni otro solo yo, sin tantas cosas en la cabeza mucho menos esa opresión en mi corazón, ese órgano latente que intentaba olvidar me hizo comprender mi horrible actuar, avergonzándome profundamente por convertirme en algo que detestaba, decir lo siento es difícil pero necesario. Es nuestro nuevo punto de partida donde demostraremos quienes somos en realidad, enseñaremos el aprendizaje de nuestras acciones y decisiones, como también la paz mental que muchas veces al día nos hace falta.

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