El verano llegaba a su cenit en el pequeño pueblo, y con él, Leandro y Yoon se enfrentaban a decisiones que determinarían su futuro. Mientras luchaban por su amor, nuevos desafíos y revelaciones los aguardaban, desafiando su determinación y fortaleza.
La Confrontación con Don Julián
Después de su conversación frustrante con su padre, Don Julián, Leandro se sentía más decidido que nunca a seguir luchando por su amor con Yoon. Aunque las palabras de su padre aún resonaban en su mente, Leandro no podía ignorar la certeza en su corazón de que Yoon era el único para él.
Decidido a hacerle ver a su padre la sinceridad y la profundidad de sus sentimientos, Leandro buscó una nueva oportunidad para hablar con él. Una tarde, encontró a Don Julián en su despacho revisando los libros de cuentas de la familia. Con el corazón en la garganta, Leandro decidió que era el momento de hacer frente a la resistencia de su padre.
—Padre, necesito que me escuches de nuevo —dijo Leandro con voz firme pero respetuosa.
Don Julián levantó la vista, sus cejas fruncidas ligeramente ante la determinación en los ojos de su hijo.
—Leandro, ¿qué más hay que discutir? He sido claro en mis expectativas para ti y para el futuro de nuestra familia —respondió Don Julián, su tono autoritario pero con un atisbo de preocupación.
Leandro se acercó y tomó asiento frente a su padre, decidido a expresar sus sentimientos con claridad y sin titubeos.
—Padre, entiendo la importancia de nuestras tradiciones y la reputación de nuestra familia. Pero también tengo que seguir mi corazón. Yoon es alguien a quien amo profundamente, y estoy dispuesto a luchar por nuestro futuro juntos —explicó Leandro, buscando los ojos de su padre en busca de alguna señal de comprensión.
Don Julián suspiró, frotándose la frente con cansancio.
—Leandro, esto no es solo una cuestión de amor. Es una cuestión de responsabilidad y honor familiar. No puedo permitir que nuestros nombres sean mancillados por un capricho romántico —dijo, su voz cargada de preocupación y frustración.
Leandro sintió un nudo en la garganta, pero se mantuvo firme en su decisión.
—Padre, te pido que reconsideres. Yoon es alguien excepcional, trabajador y dedicado. Si nos das la oportunidad, podemos demostrar que nuestro amor es verdadero y que podemos ser felices juntos sin comprometer el honor de la familia —insistió Leandro, su voz temblorosa pero llena de determinación.
Hubo un largo silencio entre padre e hijo mientras ambos procesaban las palabras del otro. Finalmente, Don Julián suspiró profundamente, su expresión suavizándose ligeramente.
—Leandro, te escucho. Pero necesito tiempo para reflexionar sobre esto. No puedo prometerte nada ahora mismo —dijo finalmente, su tono menos firme y más reflexivo.
Leandro asintió con gratitud, sintiendo un pequeño rayo de esperanza en su corazón.
—Gracias, padre. Eso es todo lo que te pido —respondió Leandro sinceramente, antes de levantarse y salir del despacho, dejando a Don Julián sumido en sus pensamientos.
La Estrategia de Yoon
Mientras tanto, Yoon se enfrentaba a su propia batalla. Aunque su madre había expresado su preocupación por su relación con Leandro, Yoon había decidido seguir adelante con determinación. Sabía que tenía que demostrar no solo su amor por Leandro, sino también su capacidad para asegurar un futuro estable para ambos.
Con su nuevo puesto en la empresa de construcción, Yoon se había ganado el respeto de sus colegas y superiores. Ahora, estaba decidido a utilizar esa posición para demostrar a la familia de Leandro que era digno de su hijo.
Una mañana, mientras revisaba los planes para el próximo proyecto, Yoon recibió una llamada inesperada de Don Julio, el padre de Leandro. Sorprendido pero esperanzado, Yoon aceptó la invitación de Don Julio para reunirse en su casa esa misma tarde.
Cuando Yoon llegó a la imponente residencia de los Aranda, fue recibido por Don Julio con una mezcla de seriedad y curiosidad en su rostro.
—Yoon, gracias por venir —dijo Don Julio, invitándolo a entrar y tomar asiento en la sala de estar.
Yoon asintió con cortesía, sintiendo la tensión en el ambiente pero decidido a mantener la compostura.
—Gracias por recibirme, Don Julio. ¿Cómo puedo ayudarlo? —preguntó Yoon con cortesía.
Don Julio suspiró, su mirada escudriñando a Yoon con evaluación.
—He escuchado mucho sobre ti, Yoon. Eres un hombre trabajador y respetuoso. Pero también entiendes que hay expectativas para el futuro de Leandro. Mi hijo es mi mayor preocupación, y necesito asegurarme de que pueda proporcionarle una vida estable y segura —explicó Don Julio, su voz cargada de seriedad.
Yoon asintió, comprendiendo la posición de Don Julio.
—Entiendo, Don Julio. Quiero asegurarle que mi intención es hacer todo lo posible para demostrar mi valía no solo como profesional, sino también como compañero de vida para Leandro. Estoy comprometido a asegurar un futuro estable para ambos —respondió Yoon con sinceridad, sus ojos buscando los de Don Julio con determinación.
Hubo un largo momento de silencio mientras Don Julio consideraba las palabras de Yoon. Finalmente, asintió lentamente, su expresión suavizándose ligeramente.
—Aprecio tu sinceridad, Yoon. Esto no será fácil para ninguno de nosotros, pero estoy dispuesto a darte una oportunidad. Demostraremos que tus intenciones son sinceras y que puedes proporcionarle a Leandro la felicidad que se merece —dijo Don Julio, su tono firme pero también con un atisbo de esperanza.
Yoon sintió un peso enorme levantarse de sus hombros, lleno de gratitud por la oportunidad que se le estaba presentando.
—Gracias, Don Julio. Haré todo lo posible para demostrarle que estoy comprometido con Leandro y con nuestra relación —respondió Yoon sinceramente.
El Plan de Acción
Con la bendición tácita de Don Julio y la promesa de su padre de considerar su situación, Leandro y Yoon se reunieron una noche en el claro del bosque. La luz de la luna bañaba el paisaje con un brillo plateado mientras discutían los próximos pasos a seguir.
—Yoon, Don Julio está dispuesto a darnos una oportunidad. Parece que las cosas están comenzando a cambiar a nuestro favor —comentó Leandro, su voz llena de alivio y esperanza.
Yoon sonrió, su mirada reflejando el mismo sentimiento.
—Eso es maravilloso, Leandro. Ahora necesitamos concentrarnos en demostrar a nuestras familias que nuestro amor es real y duradero. Creo que deberíamos planear una cena juntos, donde podamos presentarnos formalmente y discutir nuestras intenciones —sugirió Yoon, su mente trabajando en un plan detallado.
Leandro asintió, impresionado por la determinación y el ingenio de Yoon.
—Es una excelente idea, Yoon. Podemos invitar a nuestros padres y encontrar un lugar neutral donde podamos hablar con sinceridad —respondió Leandro, sintiendo una nueva oleada de optimismo.
Ambos se abrazaron bajo el roble centenario, sintiendo la fuerza de su amor y la esperanza de un futuro juntos.
El Preparativo para la Cena
En los días siguientes, Leandro y Yoon se dedicaron a preparar todo para la cena que sería crucial para su futuro. Decidieron organizarla en una elegante posada a las afueras del pueblo, un lugar tranquilo y discreto donde podrían tener una conversación franca y sin interrupciones.
Yoon se encargó de enviar las invitaciones a Don Julio y a su madre, Doña Emilia. Mientras tanto, Leandro se aseguró de que todo estuviera preparado en la posada, desde la decoración hasta el menú que servirían esa noche.
Una tarde antes de la cena, Leandro y Yoon se encontraron en el claro del bosque para discutir los últimos detalles.
—Estoy nervioso, Yoon. Esta cena significa tanto para nosotros —confesó Leandro, sus manos temblando
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Bajo la Sombra del Roble
RomanceEn un mundo donde los lazos de sangre y las expectativas sociales dictan el destino de los individuos, el amor encuentra formas inesperadas de florecer. "Bajo la Sombra del Roble" es una conmovedora historia ambientada en un universo omegaverse, que...