Bajo la Sombra del Roble

Capítulo 6: El Duro Camino de las Decisiones

La cena en la posada transcurrió en un ambiente tenso y cargado de expectativas. Leandro y Yoon compartieron con sinceridad sus sentimientos y aspiraciones, pero a medida que la conversación avanzaba, la tensión se hizo más palpable.

Doña Emilia escuchaba con atención, ocasionalmente intercambiando miradas significativas con Don Julio. Sin embargo, a medida que Yoon compartía su amor por Leandro y sus planes para un futuro juntos, la expresión de Don Julio se volvía cada vez más sombría.

—Yoon, comprendo tus sentimientos hacia mi hijo. Pero debes entender que nuestras tradiciones y el honor de nuestra familia son fundamentales —intervino Don Julio con una seriedad inquebrantable.

Yoon miró a Leandro con preocupación, sabiendo que esta conversación podría cambiar el curso de sus vidas para siempre.

—Padre, madre, entiendo sus preocupaciones. Pero el amor que siento por Yoon es verdadero. No puedo imaginar mi vida sin él —declaró Leandro con firmeza, sus ojos buscando desesperadamente una chispa de comprensión en los de sus padres.

Doña Emilia suspiró, antes de hablar con voz suave pero firme.

—Leandro, cariño, comprendemos tu corazón. Pero debes entender que hay expectativas para ti, para nuestra familia. Yoon, aunque eres un hombre admirable, nuestros caminos simplemente no están destinados a cruzarse de esta manera —explicó Doña Emilia con pesar en sus palabras.

Yoon bajó la mirada, sintiendo cómo se desmoronaban sus esperanzas. Había preparado su corazón para este momento, pero aún así, el dolor de la reprobación de los padres de Leandro era abrumador.

—Lo siento, Leandro. No quería causarte más problemas —susurró Yoon, sintiéndose culpable por haberse interpuesto en el camino de Leandro hacia su felicidad esperada.

Leandro tomó la mano de Yoon con ternura, negándose a dejarlo ir.

—No te disculpes, Yoon. Esto no es tu culpa. Yo elegí amarte, y seguiré luchando por nosotros, de alguna manera —respondió Leandro con determinación, mirando a sus padres con una mezcla de tristeza y desafío.

Don Julio se puso de pie lentamente, su rostro serio mientras miraba a su hijo con una mezcla de orgullo y resignación.

—Leandro, hijo, entiendo tu amor por Yoon. Pero debes cumplir con tu deber hacia nuestra familia. No podemos permitirnos el lujo de arriesgar nuestra reputación y estabilidad por un amor que desafía nuestras tradiciones —explicó Don Julio con voz firme, su decisión final.

Leandro cerró los ojos con fuerza, sintiendo cómo se desgarraba por dentro. Sabía lo que sus padres esperaban de él, pero también sabía lo que su corazón anhelaba.

—Padre, madre, lo siento. Pero no puedo seguir adelante con el matrimonio con Antonio. Mi corazón ya no me pertenece solo a mí —respondió Leandro con voz entrecortada por la emoción.

Doña Emilia se levantó también, acercándose a Leandro con ternura en sus ojos.

—Leandro, cariño, necesitas entender que esto es lo mejor para todos nosotros. Yoon tendrá que entenderlo también —dijo Doña Emilia con una mezcla de compasión y determinación.

Yoon se mantuvo en silencio, sintiendo cómo la realidad de su amor chocaba con las expectativas y tradiciones familiares de Leandro. Sabía que no podía luchar contra las decisiones de sus padres, aunque su corazón se rompiera en el proceso.

La cena continuó en un silencio pesado, cada uno sumido en sus pensamientos y emociones. El destino de Leandro y Yoon había tomado un giro inesperado esa noche, uno que les obligaba a enfrentarse a decisiones dolorosas y a un futuro incierto.