Cap.1

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Me perdí en tu mirada

| Axel |

—Vamos Lucas, no te quedes atrás vamos, pedalea con fuerza. No es por presumir pero parece que este año también ganaré.

—Ya quisieras Axel. No me volverás a ganar eso tenlo por seguro —balbuceó el pelinegro que me venía pisando los talones, mi competencia de toda la vida, siempre era yo el perdedor, pero mi suerte había cambiado el año pasado al ganar el primer lugar a nivel local y esté año competía a nivel departamental. Pero sin embargo está vez era como entrenamiento, era una competición pero la organización de este evento no era de l gobierno o pública, era de la región. Solo eras ciclistas que quisieron crear un grupo de ciclismo y se hizo más grande al punto de que ellos generaban sus propias competencias. Las nacionales aún eran algo muy grande para mí y si esta vez bien me iba me presentaría en las nacionales por primera vez.

Mountain Bike, el deporte que amo tanto quizás no hay nada más importante en la vida para mí, esto es mi vida es mi todo, mi motivación.

¿Qué es el dolor físico?, sí puedo disfrutar del viento fresco recorriendo cada uno de mis mechones. La adrenalina de ir más rápido y esforzarse más. La velocidad con la que mi pecho sube y baja, la fatiga, el dolor en las pantorrillas. El calor en todo mi cuerpo no se compara nada al saber que has logrado una meta. Una meta es tu obstáculo. Porque el más grande rival en nuestras vidas somos nosotros mismos.

Un kilómetro más, un kilómetro más, un kilómetro más. Solo un kilómetro más.

Casi, llegó, casi, falta poco, muy poco. Solo tengo que ir más rápido. Lucas sigue al lado mío. Vamos más rápido, más rápido.

Repetían mis pensamientos sin cesar.

Más rápido casi llegamos.

Y al fin vi la línea de meta...

Escuchaba los aplausos, los vitoreos, los anunciadores, los locutores, los noticieros, niños gritando. Estoy a punto de llegar a la meta.

Escucho el listón romperse. Lo logré lo he logrado.

—Y ha llegado el primer ciclista, el número 1108 el número 1108 damas y caballeros -escucho mencionar al locutor del evento.

Una felicidad enorme me invade, solo puedo sacar una sonrisa enorme, veo a mi madre acercarse con una sonrisa de oreja a oreja.

—Axel lo has logrado cariño, felicidades —me felicita dándome un beso en la frente.

—Gracias mamá.

—Ten toma, es suero para que te recuperes —indica dándome una botella de suero.

Asiento.

—Buen trabajo Axel, excelente carrera, siempre es un honor compartir contigo —menciona Lucas dándome un abrazo.

—Lo mismo digo compadre.

En ese mismo momento los medios me invaden

—¿Cómo se sintió esta carrera de 42 kilómetros? —Pregunta uno de los periodistas acercándome el micrófono.

—La verdad muy increíble, es una adrenalina total, mi mente me repetía una y mil veces, más rápido más rápido. Pero sin importar la exigencia de conciencia es algo que disfrute mucho, los paisajes que me ofreció está competencia eran hermosos, me hubiese gustado apreciarlos más pero era una competencia y yo tenía una meta que sin duda alguna, puede completar. Mi única meta era superarme a mí mismo —respondí dando mi mejor cara

Dios quien me mira, yo acá dando entrevistas.

Pero ni la menor idea que chingados digo. Solo espero que me entiendan.

Tú labial rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora