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Después de ser prácticamente echado del Castillo a la fuerza, caminó un rato entre las calles del Reino. Si bien sabía que el reino de Kim era el más pequeño de los seis, no se imaginaba un lugar así.

Los lugares parecían lúgubres, las calles desiertas e incluso le pareció raro el que hasta el momento desde que fue echado del Castillo sólo a dos personas se encontró en su andar. Pero lo que era aún más extraño ¿Por que la reina estaba en esas condiciones? Algo estaba pasando, eso era seguro y era algo grande y no en el buen sentido.

Regresó a donde había dejado su caballo; esta vez decidió ir sólo y tomó camino a su Castillo. No estaba tan lejos tal vez unas tres horas, claro sin contar el descanso para su caballo.

Cuando llegó fue recibido por su madre avisándole que la comida ya estaba lista. Se apresuró a quitar la silla de su caballo y encaminarlo a su corral para después ir dentro del palacio.

Se cuestionó todo el tiempo que estuvo con sus progenitores mientras disfrutaban de la deliciosa comida, si decirles lo que había visto hace unas horas atrás o simplemente hacer como que no pasó nada.

Pero estamos hablando de Hwang Hyunjin, y tal vez no le diría a sus padres pero si haría algo. Volvería al reino de Kim mañana y trataría de hablar con el joven príncipe otra vez. Decirle que él puede ayudarlo con los problemas que esté pasando. Y si bien no conocía al joven Príncipe, su corazón y pensamientos le dictaban el que tenía que hacer algo.

Y así fue. A la mañana siguiente se despertó muy temprano, se alistó casualmente y volvió a tomar su caballo para dirigirse otra vez al reino de Kim.

Esta vez decidió acortar el paso y se fue entre los árboles del bosque tomando un atajo.

Volvió a estar frente a aquella puerta y como otra vez no había ningún guardia, entró por si solo sin anunciarse. Caminó a paso lento y silencioso hasta llegar al gran salón y de un momento a otro sintió como era empujado por la espalda, probablemente con una espada, era esa sentimiento. "¿Quien eres y que haces aquí?" Preguntaron.

"Vengo en son de paz" levantó las manos "Soy Hwang Hyunjin, Príncipe del Reino Hwang" no estuvo tranquilo hasta que dejó de sentir aquel objeto contra su espalda.
Se volteó para mirar a la persona a la cara "Quiero hablar con su rey" dijo.

"Yo soy el rey, ¿Que es lo que quiere aquí otra vez?" Seungmin apareció de entre la nada. Su mirada era seria, inclusive fría, así podría describirlo Hwang.

"Perdón, pero ayer dijiste que eras el Príncipe, y ahora dices esto ¿Quiero saber que es lo que está pasando aquí? Si puedo ayudar o..."

"No necesito la ayuda de nadie" tan cortante.

"Al menos a la reina, puedo ayudarla" Seungmin al escuchar esto entró en pánico. "Ayer paseé  por el lugar y noté que carecen de varias cosas, si me deja ayud..."

"He dicho que no. Ahora por favor, retírese"

"Ya escuchó. Ahora váyase" esta vez fue Chan el que habló.

"Por favor, tu madre necesita atenciones especiales" es tan molesto pienso Seungmin.

"Creo que deberías escucharlo Seungmin. La reina necesita atención especial" Félix venía bajando las escaleras. Después de estar un rato con la reina, esta quedó totalmente dormida y decidió bajar.

"Ya he dicho que no necesito de alguien más"

"Tal vez tu no pero la reina si. Y como futuro rey estoy en todo el derecho de ayudar a los reinos vecinos" Hyunjin estaba decidido. Seungmin estaba a punto de hablar pero fue interrumpido por su amigo.

THE PRINCE  •HyunMin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora