En la penumbra de la habitación, Macao y Kim susurraban sus planes mientras revisaban cada rincón en busca de algo útil. La luz tenue de la única bombilla colgante arrojaba sombras largas y móviles, aumentando la tensión del momento. Kim, nervioso pero determinado, rastreaba el suelo y las paredes con la mirada, hasta que finalmente encontró un pequeño alambre en un rincón polvoriento.
¿Crees que esto funcione?- preguntó, mostrando el alambre a Macao.
Macao asintió con una sonrisa confiada.
Sí, será suficiente. Ahora, concéntrate. Hay solo tres sujetos: el alfa y dos betas armados. ¿Recuerdas el plan?- pregunto viendo a su primo
Kim tragó saliva y asintió.
Sí. Será muy sencillo eliminar a esos tres. Solo debo hacer mi parte.- dijo viendo a Macao sonreír
Exacto- dijo Macao, su voz firme y tranquilizadora- Solo debes distraer al alfa lo suficiente para que pueda acercarme y romperle el cuello- dijo con simpleza
Kim suspiró profundamente, mirando hacia la puerta que los separaba de sus captores.
Pero me dará asco orinar en esos baños- confesó, frunciendo el ceño ante la idea.
Macao soltó una risa baja y divertida.
Obviamente no vas a orinar, solo necesito que distraigas al alfa- dijo, dándole una palmada en el hombro- Yo me encargo del resto- dijo viendo al Omega mayor
Con el alambre en mano, Kim trabajó con rapidez y habilidad, logrando liberar las esposas de Macao. Este se masajeó las muñecas, preparándose mentalmente para lo que venía. Ambos sabían que no había margen de error.
Con un último asentimiento, Kim se dirigió a la puerta y empezó a golpearla.
¡Necesito usar el baño!-gritó, su voz resonando en el pasillo exterior. Después de unos momentos, la puerta se abrió y el alfa entró, mirándolo con desdén.
¿Otra vez? Eres un fastidio- gruñó el alfa, tomando a Kim por el brazo y llevándolo hacia el baño.
Pues estoy embarazado imbécil- dijo Kim viendo al alfa
Mientras tanto, Macao se deslizó sigilosamente detrás del alfa, manteniéndose en las sombras. Cuando el alfa se detuvo frente al baño, Macao aprovechó el momento y, con un movimiento rápido y preciso, rodeó el cuello del alfa con su brazo, aplicando una presión letal. En cuestión de segundos, el alfa cayó al suelo, sin vida.
Más respeto para mí primo puñetas- dijo antes de destrozarle el rostro
Macao le hizo una señal a Kim, que se escabulló hacia una esquina oscura del cuarto, detrás de unos tubos. Macao sabía que los dos betas no tardarían en darse cuenta de la ausencia del alfa, así que se movió con rapidez.
Uno de los betas entró al cuarto, alarmado por el ruido. Antes de que pudiera reaccionar, Macao se abalanzó sobre él, golpeándolo con un puñetazo certero en la mandíbula que lo dejó inconsciente al instante. El segundo beta, alarmado, levantó su arma, pero Macao ya estaba sobre él, desarmándolo con una llave rápida y contundente.
La pelea fue breve y silenciosa, y en pocos minutos, los tres enemigos yacían en el suelo. Macao, jadeando ligeramente, hizo una señal a Kim para que saliera de su escondite. Si no antes de romperles el cuello
¿Estás bien?- preguntó Macao, acercándose a su primo.
Kim asintió, todavía algo nervioso pero con una chispa de alivio en sus ojos.
Sí, lo hiciste. ¿Y ahora qué?- dijo
Ahora- dijo Macao, recogiendo una de las armas de los betas- salimos de aquí y encontramos la manera de volver a casa. Mantente cerca de mí y no bajes la guardia- dijo viendo al Omega asentir
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Mi Omega Prohibido
RomanceKim Theerapanyakul un Omega que prefiere la soledad de su habitación Vegas Theerapanyakul es un alfa déspota y solo usa a los omegas para follar ambos sienten atracción pero saben que lo tienen prohibido pero no les importa hacerlo una vez