CAPITULO 5: EL PROBLEMA DE LA LUNA DE MIEL

223 22 3
                                    

En la torre Vee no la estaban pasando bien.
Vox había cubierto cada centímetro de su habitación con fotografía de Alastor, dibujos de Alastor, cartas a Alastor, notas sobre Alastor, etc.

Velvette suspiro molesta mientras saltaba otra pila de Alastor antes de unirse a Valentino, quien estaba apoyando contra una ventana mirando a lo lejos el hotel Hazbin.

"Parece que están haciendo algún tipo de fiesta ahí", comento. "No hay nada de mi feed, así que debe ser poco convincente o sin valor", respondió Velvette. Valentino tarareo de acuerdo.

_----------------------------------------------------------------

Después de una hora de fiesta, Alastor y Lucifer estaban agotados. Ninguno de los dos era una criatura social y las actividades se habían apoderado mucho de ellos. Una vez Estella partió al cielo a las 7 am
(después de una larga y llorosa despedida con su hijo y su nueva nieta) decidieron dar por terminado el día. Deseando se adiós a todos, Lucifer se teletransporto a si mismo y a Alastor a su mansión, pensando que agradecería un poco la privacidad.

Alastor tarareo en aprobación cuando aterrizaron, inmediatamente yendo y recostándose  en la cama tamaño king.
Lucifer se rió quitándose el abrigo y el sombrero. "Si quieres", comenzó el Alfa, arrastrándose en la cama junto a Alastor y acurrucándose junto a él,  "podemos irnos a la cama, no es necesario que empieces nada con lo que no te sientas cómodo".
"No,no", se sonrojo Alastor,  "yo quiero hacer esto. Es que-", intento explicar, "estoy nervioso", finalizó en voz baja. 

"Ay cariño, no te preocupes, iré despacio y pararé cuando me lo pidas".

"Estoy bien, entonces quiero, por favor"

"Ahora ¿como puedo resistirme a eso?", ronroneo Lucifer.

Comienzo de SMUT

Tirando suavemente de Alastor  hacia el borde de la cama, Lucifer levantó la falda de Alastor, riéndose del rostro sonrojado de su amante mientras lo hacía. Tiro de la delicada tela, levantándola sobre la cabeza de Alastor y colocándola suavemente, junto con el velo, sobre el escritorio cercano.
Regreso hacia Alastor, quien se había empujado hacia la cabecera de la cama y lo miro fijamente.

Alastor era fascinante. Su cabello había caido en rizos que parecían tan relajados y suaves, su naricita respingona temblaban y sus pecas parecían dibujar un mapa hacia esos perfecto labios carnosos. Su piel estaba asustada. Cicatrices de muerte, de dio cuenta el diablo. 'Que fuerte es su Omega',  penso antes de centrar su atención en el preciso conjunto de lencería  que llevaba.

El hermoso conjunto de una pieza enmarcaba perfectamente el cuerpo de Alastor. El encaje se aferró a el y le dio al Alfa suficiente altura para volverlo loco. A medida que bajaba, haciendo una hendidura en cuclillas, dándole positivamente a Lucifer  acceso total a su amor  sin necesidad de quitarse el traje y bajar

Oh, joder. Un maldito ligero. Puro y blanco con un pequeño lazo azul al costado. ¿Cómo podría resistirse? Se empujó entre las piernas del Omega y comenzó a besar con la boca abierta la delicada parte interna del muslo. El Omega gimió. Un sonido celestial. El Alfa se elevó más, tomando cada uno de los muslos del Omega en sus manos y extendiendolos.
En medio estaba su premio. La perfección absoluta de una pequeña polla que intenta desesperadamente ponerse dura de una manera que un Omega nunca podria y una dulce raja que goteaba.

El olor fue lo que destruyó al Alfa. Un fuerte y perfecto aroma a pachulí que era tan vibrante y floral con excitación. El Alfa saco su larga lengua, lamiendo a lo largo de la hendidura, dándole a  es sensible protuberancia una fuerte succión que hizo que el Omega chillara y tomara la pequeña polla en su boca y dándole algunas chupadas, retirándose cuando sintió que los muslos del Omega temblaban peligrosamente.

UNA MANZANA AL DIA mantiene alejados los peligrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora