|04| Max Verstappen

678 18 0
                                    

Encuentro en las Tierras Bajas
Ámsterdam, Países Bajos, 2024

La primavera en Ámsterdam era simplemente mágica. Los tulipanes florecían, llenando la ciudad de colores vivos, y los canales reflejaban la belleza arquitectónica de las casas del siglo XVII. Diana Mendes había llegado a la ciudad para una conferencia internacional sobre sostenibilidad y energías renovables, un área en la que estaba profundamente involucrada.

Una tarde, después de un día lleno de ponencias y reuniones, Diana decidió explorar la ciudad. Caminó por los estrechos callejones y cruzó varios puentes hasta llegar a un pequeño café en la esquina de una calle adoquinada. El café, con su encanto rústico y acogedor, la invitaba a entrar. Se sentó junto a la ventana, disfrutando de un cappuccino y un libro sobre innovaciones ecológicas.

Mientras leía, un hombre joven entró en el café, buscando un lugar para sentarse. Al notar que todos los asientos estaban ocupados, se acercó a Diana con una sonrisa tímida.

—Hola, ¿te importa si me siento aquí? Está bastante lleno.

Diana levantó la mirada y, aunque lo reconoció de inmediato, decidió no mencionarlo.

—Claro, adelante.
El hombre se sentó y pidió un café. Tras unos momentos de silencio, Diana rompió el hielo.

—Soy Diana, por cierto. ¿Estás disfrutando de Ámsterdam?

Él sonrió, agradecido por la amabilidad.

—Sí, mucho. Me llamo Max. ¿Qué te trae por aquí?—Trabajo en proyectos de sostenibilidad. Vine por una conferencia —respondió ella, sintiendo una conexión instantánea.

Max Verstappen, el campeón mundial de Fórmula 1, estaba en Ámsterdam disfrutando de un raro momento de descanso. Decidió no mencionar su carrera de inmediato, queriendo disfrutar de una conversación genuina sin la sombra de la fama.

Hablaron de sus experiencias en la ciudad, lugares favoritos y sus respectivas pasiones. Diana, sin revelar que ya sabía quién era, disfrutaba de la compañía y la conversación fluida.
Max, encantado por la frescura y autenticidad de Diana, le sugirió explorar la ciudad juntos al día siguiente. Ella aceptó con entusiasmo.

Pasaron el día recorriendo los museos, visitando el Rijksmuseum y el Museo Van Gogh. Pasearon en bicicleta por los canales y disfrutaron de un picnic en el Vondelpark. Durante el almuerzo, Max finalmente mencionó su carrera.

—Hay algo que debería decirte. Soy piloto de Fórmula 1. Max Verstappen.

Diana sonrió, sin sorpresa.

—Lo sé. Pero quería conocerte como persona, no como celebridad. Y debo decir, me alegra haberlo hecho.

Max se sintió aliviado y agradecido por la sinceridad de Diana. La conexión entre ellos se fortaleció mientras compartían historias personales y sueños.

Esa noche, Max y Diana cenaron en un pequeño restaurante junto a un canal, iluminado por luces tenues y velas. La conversación fluyó de manera natural, y ambos se dieron cuenta de lo especiales que habían sido estos dos días.

Después de la cena, caminaron junto al canal, disfrutando del reflejo de las luces en el agua. Max, sintiendo una atracción profunda hacia Diana, se detuvo y la miró a los ojos.

—Diana, estos días contigo han sido increíbles. Me has mostrado una nueva perspectiva y me encantaría seguir explorándola contigo.

Diana, conmovida, respondió con una sonrisa.

—Yo también he disfrutado cada momento, Max. Me encantaría seguir viendo a dónde nos lleva esto.
Al día siguiente, antes de partir hacia sus respectivos compromisos, se despidieron en el mismo café donde se habían conocido. Max tomó la mano de Diana.

—Prométeme que esto no es un adiós, sino un hasta pronto.

Diana asintió, con los ojos brillantes.

—Prometido, Max.

One Shots - F1 © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora