ꜱᴀɴᴇᴍɪ x ꜰᴇᴍ ʀᴇᴀᴅᴇʀ.
Dos jóvenes corazones llegan a sentir el amor más puro que pudieran experimentar en su vida. Sus deseos y atracciones terminarán por apagar la vivaz llama que se aferra al último suspiro del adiós.
La despedida no podrá hacer q...
La bella tarde de un fin de semana se postraba, mientras disfrutabas de un rico té y la presencia de una de las dos personas que más amas en el mundo, todo lo que habías pasado para llegar hasta ese momento había valido cada segundo, sin embargo, una juguetona voz se hizo presente, captando tu atención de inmediato y sacándote de tu propio mundo.
- Mamá, ¿puedes contarme cómo se conocieron papá y tú? -dijo con alegría aquella niña, que ya no parecía tan niña-
- ¿Otra vez? Ya te he contado esa historia miles de veces -le reprochaste a la menor-
- ¡Por favor! -dijo alargando las dos últimas letras mientras te miraba con una enternecedora sonrisa, intentando lograr su cometido-
Para nada podías negarte ante aquella bella sonrisa y esos ojos que te recordaban demasiado a aquella persona, por lo que terminaste accediendo después de unos segundos.
- Está bien, te la contaré una vez más -dijiste mientras le hacías una seña a tu hija de que viniera a tu lado para que pudieras contarle mejor la historia-
Toda la tarde le contaste a tu hija el cómo habías conocido a aquel que considerabas "el amor de tu vida", haciendo que inevitablemente esta terminara durmiendo al final de la historia, amaba escuchar cómo fue que ustedes se conocieron. Pero la realidad era, que no siempre le contabas la verdad detrás de todo lo que sufriste para que ella no careciera de nada, no querías que llegara a enterarse, después de todo, aún seguía siendo una niña.
La llevaste finalmente a su cama y con un beso le deseaste las buenas noches, apagando toda luz que se encontrara en su cuarto para después quedarte mirando un rato desde tu ventana hacia la ya llegada noche, en la cual, la luna se hacía presente, llegando a su punto más alto, haciéndote sentir acompañada.
Mientras pensabas algunas cosas, notaste que detrás de ti, se encontraba tu amado esposo y padre de tu hija, el cual acariciaba tus caderas y postraba su cabeza en tus hombros, desbordando pasión con una sola acción.
- ¿Ya se durmió? -preguntó Sanemi, el dueño de tu corazón-
- Tal y como un bebé -respondiste con una sonrisa mientras lo abrazabas-
Pensabas que abrazar a alguien era la forma más cálida y pura de demostrar amor, no solo a cualquier enamorado, sino a alguien que de verdad amabas con el corazón, por lo que al terminar de abrazarse, se besaron pasionalmente, desembocando cualquier sentimiento de amor en sus interiores.
- Nunca voy a poder vivir sin el embriagante sabor en tus labios a causa de tu labial de fresas -dijo el mayor mientras te miraba-
"Sus ojos", pensaste, sus ojos desembocaban amor, el más puro amor de todos.
Las palabras que había dicho tu enamorado te tenían sonrojada, pues incluso si las decía mil veces, podías sentir en todas y cada una de ellas que de verdad eran intencionadas.
- Te amo.
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HIIIII DARLINGS!
Tanto tiempo sin aparecerme, pero ya quería comenzar con este fanfic desde hace muchísimo tiempo, tengo tantas ideas que podría morir, pero no lo haré. Respecto a "Midnight Memories", aún continuaré con el fanfic, fue el primero que he escrito y le tengo muchísimo cariño, por lo que intentaré subir la playlist de "Strawberry Lipstick" y el capítulo número 18 de "Midnight Memories". Intentaré balancear todo lo que tenga por hacer y que hiatus no sea tan prolongado y puedan disfrutar de cualquier actualización.
